La cantera de los Pumas de la Universidad ha alimentado a la primera división mexicana desde el día de su fundación, y es que es innegable que los futbolistas nacidos en el sur de la capital mexicana tienen características que los hacen atractivos para el resto de equipos de la liga. Las jóvenes promesas felinas cuentan con diferentes procesos, pues mientras existen algunos que cumplen un ciclo y dejan huella con el equipo unamita, pero también existen otros que dejan huella lejos de su alma mater.

Este último es el caso de Rafael Márquez Lugo, un hábil delantero que desde que recibió sus primeros minutos en primera división mostraba sus dotes con el balón, pero que por diferentes motivos tuvo que salir de la institución cuando apenas acumulaba 39 juegos y 8 goles con pumas, pues en el ya lejano año 2003, tras un poco fructífero paso por Chiapas, llevo su talento a la capital del estado de Michoacán. Y fue justamente con la escuadra purépecha con la que despuntó, pues en 96 apariciones vistiendo la casaca del Morelia mancilló las redes rivales en 34 ocasiones.

Márquez Lugo, se convirtió en el referente del equipo por años, pero tras tres años, se confirmó su fichaje con los Tuzos del Pachuca, sin duda un duro golpe para la afición michoacana, pues perdían a uno de sus más grandes ídolos, mientras que para el delantero comenzó una etapa de inestabilidad, pues no pudo encontrar regularidad con Pachuca, América, Estudiantes y Atlante, por lo cual regreso a tierras michoacanas, en busca de regresar a su mejor nivel.

Y fue así, pues en su segunda etapa con el conjunto moreliano, el delantero consiguió 24 anotaciones en 76 juegos, lo cual hace pensar que el jugador oriundo de la Ciudad de México nació para jugar con los Monarcas.