La llegada de Ronaldo de Assis Moreira, mejor conocido como Ronaldinho, atrajo todos los reflectores de la prensa y el fútbol mexicano en el segundo semestres del 2014, pero con el paso de los partidos, sus lesiones y ausencias en los entrenamientos comenzó a cuestionarse si la contratación del astro brasileño había sido lo mejor para los Gallos Blancos.
Una serie de altibajos y apenas tres anotaciones en su primer torneo fue lo que dejó uno de los últimos cracks del fútbol, y el incio del Clausura 2015 no presentaba una mejoría en el escenario queretano debido a que Ronaldinho se reportó con el equipo tres semanas después de iniciada la Liga.
Apenas un par de asistencias registraba hasta la jornada 14, pero las leyendas se forjan cuando menos se espera, y así como el Bernabéu en 2006, Ronaldinho se plantó en un pletórico Estadio Azteca que no pudo hacer menos que rendirse ante el buen fútbol y la inventiva del jugador que sentenció la derrota del América y con su par de goles colocó el 0-4 definitivo en el marcador.
Además de ser el primer doblete que realiza en el fútbol mexicano, Ronaldinho también consiguió sus primeros goles en el torneo de Clausura 2015 y el aparente despertar del baluarte queretano no pudo llegar en mejor momento, pues con su aportación coloca al equipo de Querétaro de lleno en la pelea por un lugar en la liguilla del fútbol mexicano y acalla los rumores de su posible retiro del fútbol.
Es cierto que un par de goles y la mejoría en los últimos tres encuentros no son un reflejo de la capacidad y los aportes que en México ha desarrollado, pero tampoco puede ignorarse el hecho de que la buena racha del equipo blanquiazul coincide con el momento de auge que vive su jugador, por lo que, sin dejar de ser críticos, hoy nos deberíamos levantar para aplaudir como lo hizo también el Azteca: olvidar el color de las playeras y agradecer por una de las muestras más agradables de lo que es el fútbol.