Antes del silbatazo inicial, el Estadio Corona parecía una aduana muy difícil para el Atlante que se encontraba urgido de un triunfo si quería mantenerse con posibilidades de seguir en la primera división. En frente tenían a un motivado Santos Laguna que a media semana había sellado su pase a los Octavos de Final en la Copa Libertadores y en la Liga se ubicaban entre los primeros lugares de la tabla general, muy cerca de asegurar un sitio en la “fiesta grande” del Fútbol Mexicano.

El partido comenzó muy parejo, ambas escuadras buscaban hacerse con el control del esférico para así comenzar a generar llegadas de peligro en el marco rival.

En los primeros minutos de juego se cometieron muchas faltas y el encuentro se hizo muy trabado en medio campo por llegadas a destiempo de los jugadores de los dos equipos, mismas que supo sancionar el colegiado para llevar el partido con tranquilidad.

Santos aprovechó los espacios que otorgaban los atlantistas por las bandas y en una jugada al minuto 12 se dio un desborde de Andrés Rentería, quien mandaría un gran centro razo, en donde llegaría Quintero para empujar el balón a la portería contraria. La jugada sería invalidada por un apretado fuera de lugar del dorsal nueve del equipo lagunero.

Los Guerreros empezaban a ser superiores en el campo y una jugada a balón parado en el minuto 17 abriría el marcador. El tiro libre se encontraba muy cerca de la banda izquierda y fue cobrado de manera potente por Darwin Quintero, el esférico se clavó muy cerca del ángulo superior izquierdo con la colaboración del guardameta Yosgart Gutiérrez.

Atlante se desesperó y buscó ir al frente para intentar conseguir el gol del empate y el que los mantuviera con vida en su lucha por no descender. Al minuto 32, una gran jugada individual de Oribe Peralta en tres cuartos de cancha le permitió conducir la pelota hasta el área rival, en donde al momento de la salida del arquero Gutiérrez sirvió para Quintero, quien se encargó de anotar su segundo gol de la noche.

Llegaría el medio tiempo en Torreón con los futbolistas azulgranas cabizbajos ya que estaban a 45 minutos de irse a la Segunda División del balompié azteca.

Comenzó el segundo tiempo y los jugadores del Atlante salieron con todo para buscar el descuento en el marcador teniendo llegadas al marco de los Guerreros. Fue al minuto 48 cuando el árbitro central marcaría la pena máxima para los visitantes por una mano clarísima de Osmar Mares dentro del área. Michael Arroyo sería el encargado de cobrar desde los once pasos y al momento de hacerlo estrelló el balón en el travesaño, perdiendo así una jugada importantísima para recortar distancias.

Fue al minuto 57 de tiempo corrido cuando Uscanga tomó un balón cerca de la banda izquierda del terreno de juego y se encargó de mandar un centro extraordinario hasta la testa de Ángel Baltazar, quien remató de gran manera para techar a Oswaldo Sánchez y registrar el primero para el Atlante.

Corrían los minutos y los de Cancún no estaban ni cerca de empatar el partido. En el minuto 78, Oribe Peralta bajó de cabeza un centro dentro del área para Mauro Cejas, quien no dudó ni un instante y mandó una buena diagonal retrasada para que llegara José Javier Abella y anotara el gol que sentenciaba el partido a menos de quince minutos del final.

Santos aprovechó los espacios que le otorgó el Atlante y generaron un sin número de llegadas al marco resguardado por Gutiérrez, mismas que no supieron aprovechar para ampliar el marcador. Al minuto 87, el ex futbolista de los Rayados de Monterrey, Madrigal, acercaría a su equipo en el marcador luego de recibir un pase en el área chica y sólo se encargó de empujar la de gajos a las redes.

Parecía que sería una buena recta final del encuentro, pero un minuto después del gol de los Potros, llegaría nuevamente Darwin Quintero en una jugada en la que dejó a dos rivales en el camino y anotó el tercer gol en su cuenta personal. 

Ya al final del cotejo, Madrigal anotaría su segundo gol del partido en el minuto 94, pero este llegó muy tarde y sirvió de poco para que el equipo dirigido por Pablo Marini siguiera luchando en intentar su salvación. 

Una noche inspirada de Darwin Quintero bastó para derrotar al Atlante y colocar el último clavo en el ataúd de los Potros.