Un guión inimaginable fue el que se dio esta noche en la Comarca Lagunera. Santos Laguna demostró todo su poderío ofensivo y derrotó 5-0 a Gallos Blancos del Querétaro, quienes nunca pudieron acoplarse en la cancha o descifrar el juego de los laguneros durante los primeros 90 minutos de la gran final de la Liga Bancomer MX.

El ambiente se sentía como pocas veces lo había vivido el Estadio TSM. Los asientos abarrotados esperaban una buena actuación de un equipo que se había colado en el último resquicio. Pedro Caixinha se había comprometido a un “todo o nada” y tenía que demostrar que su llegada con los laguneros debe de ser legendaria por donde se le vea.

Por el otro lado, los hombres de Victor Manuel Vucetich sentían la presión de su primera final. A pesar de los problemas de vestidor, todos estaban comprometidos con que fuera un encuentro como pocos. El aura de Ronaldinho, quien siempre ha sido triunfador en todos los clubes donde ha participado hacía una confianza que no podría ser tan efímera.

El silbatazo inicial llegaba y Santos comenzó a, literalmente, “apedrear el rancho” de los Gallos. Y no tardó en llegar la primera anotación de manos del que sería el hombre de la noche: Javier Orozco. Una descolgada monumental al 4’ le llega a los pies del atacante que no perdona frente a un arco desprovisto. La castatrofe empezaba a asomarse.

Querétaro no se repuso después del primer gancho al hígado. Unos pobres intentos de Villa y Da Silva que solo hicieron cosquillas antes de que los Guerreros se volvieran a hacer sentir en el marcador. Fue al 25’ que, después de un error defensivo de Volpi por querer agarrar rápido el balón en sus pies, regaló un balón parado que Aldrete cobró excelso y se la puso como si fuera con un guante al ‘Chuletita’ que convertía su segundo de la noche.

Foto: Agencias

El tercero tampoco tardaría tanto, ya que al 32’ y con Orozco encendido, volvió a aprovechar una peinada de Tavares y no desaprovechó volver a perforar el arco gallo. El primer tiempo terminaba con caras felices de un lado y angustia en los rostros del equipo contrario. Vucetich no tardaría para la segunda mitad en meter al gran Ronaldinho a la cancha.

Pero no, eso no ayudó a la situación visitante. Al 62’ Orozco tendría su noche mágica y el poker de anotaciones llegaría con otra buena descolgada de Tavares que le regaló un pase magistral. Una actuación redonda que se quedará en el corazón de la afición santista y del delantero mexicano que acertó todo lo que tuvo en su disposición.

La estocada se dio a los 79’ cuando Diego Gonzalez entró al área y aprovecho otro centro soberbio de Escoboza que Volpi jamás podía detener. El Gallo no fue ni la sombra de los partidos anteriores y quedó regazado hasta el final del partido. Vucetich solo pudo contemplar como su equipo se caía a pedazos ante una demostración de buen futbol.

Todo está para que los Guerreros completen la tarea como visitantes. Caixinha pudo contener al toro que tenía enfrente y como buen forcado resistió y salió victorioso. Ahora habrá que pensar si un milagro salva a Querétaro de la losa que lleva en su espalda, porque todos los Santos los tiene la Laguna en estos momentos.