En el marco de su 40° aniversario, este sábado se celebrará la edición 103 del Clásico Regiomontano, tiempo en el cual diferentes figuras de talla nacional e internacional han desfilado en el partido que parte en dos a la tercera urbe más grande del país.

Algunos de ellos han participado en los dos equipos, y para esta ocasión, uno que se llevará los reflectores será el seleccionado uruguayo Egidio Arévalo, quién jugaría su primer clásico como tigre, luego de su paso por Rayados hace siete años.

Con calidad comprobada, Arévalo llegó a Monterrey en el Apertura 2007 procedente del Peñarol de su país, donde fue figura, anotó dos goles y fue de los titulares indiscutibles de Miguel Herrera, su técnico en aquel entonces.

En aquella temporada disputó el clásico 88, un 22 de septiembre de 2007, día en que los felinos se impusieron 1-0 con gol de Sebastián Abreu. "El Cacha" jugó todo el partido y fue la única vez que participó en el derby regio.

Arévalo continuó en la institución para el Clausura 2008, que ya era dirigida por el argentino Ricardo Lavolpe, quien optó por no darle participación en el duelo fraternal, por lo que el uruguayo tuvo que ver desde el banquillo del estadio Tecnológico la derrota de Rayados (3-2).

Al finalizar el torneo, Arévalo Ríos ya no entró en los planes de Monterrey ni tampoco consiguió equipo, por lo que, con la intención de no quedar inactivo físicamente, tuvo que recurrir a jugar en un equipo aficionado en las canchas del extinto "Parque Río", destruidas por el huracán "Alex" en 2010.

Por más fuerte que suene el pensar que un jugador del calibre de Arévalo pasó del profesionalismo a lo recreativo, no fue más que una pausa de seis meses, en la que regresó a jugar a su país, volvió a consolidarse y jugó el Mundial de Sudáfrica en 2010, en el que Uruguay terminó en cuarto lugar.

Ahora, cuatro años después, con dos copas del mundo jugadas y amplia experiencia en el futbol mexicano, donde también ha jugado con San Luis y Tijuana, Arévalo se une al grupo de jugadores que han vestido ambas casacas y es una de las joyas que se espera ayuden a que brille el espectáculo de este sábado en el último clásico que vivirá el Tecnológico.