La tercera no fue la vencida. México se volvió a quedar en la orilla de un título continental ya que River Plate venció de manera categórica 3-0 a Tigres y se coronó Campeón de la Copa Libertadores.
El Monumental a su fiel costumbre, una fiesta de colorido, pasión y cánticos desenfrenados no tenían cesar. Por su parte los auriazules mostraron categoría en el arranque del partido, a pesar de que la hinchada argentina hizo su papel para pesar con todo en el cotejo.
Primera mitad aguerrida, fuerte y digna de una final continental, con faltas constantes, reclamos con el central y la ambición de cada equipo de ir por el título.
Polémica temprano en el partido, puesto que Alario se salva de la roja por una fuerte entrada sobre Guido Pizarro, sin embargo el colegiado señaló únicamente la tarjeta preventiva.
Se repitió la historia de malas decisiones en la zona de peligro para los felinos, ya que al minuto 15' un enorme trazo bien servido para el brasileño Rafael Sobis fue desaprovechado todo por una mala recepción dirigida que dejó el grito de gol ahogado en la parcialidad mexicana a la distancia.
La más clara para el conjunto norteño se hizo presente cercano a la media hora de acción, con un enorme desborde de Jurguen Damm, ciertas fintas en el área y cediendo el balón para André Pierre Gignac, el europeo perdonó de forma increíble.
El tema arbitral se mantuvo, una evidente mano de José Rivas en la recta final de la primera mitad, descontroló a la hinchada millonaria pidiendo penal, mismo que no fue señalado.
Último minuto en la etapa inicial y El Monumental explotó, centro con categoría para Alario que con un espléndido remate de cabeza liquidó a Nahuel Guzmán para el 1-0 favorable para los 'Millos'.
El complemento mostró cierta mejoría del cuadro mexicano, con un inicio teniendo mejor posesión del esférico, sin embargo la ilusión se fue diluyendo cada vez más ante una afición que se fue en ascenso cada vez más.
Javier Aquino pasó de héroe a villano en poco tiempo, ya que al minuto 68' la oportunidad más clara de resurgir en la Final se desvaneció con un enorme desborde de Damm para el seleccionado nacional que remató de terrible forma, enviando el empate por la borda.
A partir de ahí existió solo un equipo en la cancha: River Plate. Par de golpes contundentes a la sien felina, el primero de penal cobrado Sánchez de gran forma para el 2-0. El segundo en tiro de esquina con fulminante remate de Funes Mori, dejando sin oportunidad a Guzmán para el 3-0 que prácticamente liquidó las aspiraciones de un equipo mexicano en la justa continental.
Silbatazo final y la casa millonaria explotó en júbilo, manteniendo en vilo la malaria mexicana de no poder conquistar el torneo libertador a lo largo de sus participaciones.