Como de simple protocolo y trámite, Tigres no se desgastó y únicamente consiguió un empate sin goles ante un Cruz Azul que vio culminado su 18 aniversario sin título de Liga en el futbol mexicano.

Partido ríspido, de mucha transición en el medio terreno y que la gente felina se quedó con ganas de más, dado que aguantaron un clima fresco en la Sultana del Norte con tal de que la felicidad del gol llegara; cosa que nunca sucedió.

Arranque de susto en la hinchada auriazul con disparo al poste del visitante apenas a los primeros minutos de acción que dejó en claro la actitud de los elementos de Tomás Boy: ya no hay nada que perder.

Para el 14' respuesta local con el ariete europeo André Pierre Gignac que con un buen acarreo del esférico buscó una curva mortal con tiro al ángulo pero el intento se esfumó.

Nuevo intento de los elementos de Ricardo Ferreti, Javier Aquino al 18' recuperó con fiereza la pelota y se enfiló solo hacia el marco del juvenil Allison; disparó pero el propio arquero hizo un buen achique mandando el balón fuera de su cabaña.

La más clara del partido quedó en los pies de Joao Rojas, ya que al 39' en una descolgada estuvo mano a mano ante Nahuel Guzmán y al tardarse en decidir, tiró sin pena ni gloria, estrellando la pelota en la humanidad del portero regiomontano.

Ya en la parte complementaria las cosas no cambiaron del todo, un encuentro sin emociones y con una temperatura cada vez más baja en el norte del país.

La más llamativa fue nuevamente por parte del francés Gignac al 54' puesto que encontró espacio y forma para un tiro potente que Allison dramáticamente pudo rechazar a tiro de esquina.

El resto un ir y venir sin idea de ambos equipos que llevó a la parcialidad “Incomparable” a soltar los abucheos al silbatazo del central.

Tigres ahora se preparará para la Fiesta Grande del futbol nacional, mientras que Cruz Azul cerró un año más hundido en la mediocridad.