"Más sabe el diablo por viejo que por diablo". La experiencia en éste certamen jugó a favor de Sao Paulo de nueva cuenta y sella la llave de octavos de final en casa, haciendo pasar a los mexiquenses una noche de pesadilla, de humillación y que deja sin palabras. 

Toluca llevó un equipo prácticamente alternativo, ni Triverio ni Uribe como referentes de ataque y todo se complicó, son demasiadas las ausencias que desde luego terminaron por pesar. Los cariocas de igual forma tenían bajas sensibles como Lugano, Denis y Calleri, sin embargo, Bauza no tuvo problema alguno en sustituirlos por la basta plantilla con la que cuenta. 

De principio a fin, el tricolor paulista dominó las acciones del partido, el ritmo, el medio campo y las anotaciones. La idea de Cardozo fue aguantar lo que se pudiera, rechazar cualquier balón en el área y que Talavera salvara las que estuvieran a su alcance, lamentablemente esto no le sirvió al 'Diablo mayor', fue todo lo contrario.

Entre un ambiente hostil, el campo lleno de neblina, una afición con presencia y la falta de juego así como experiencia de ciertos jugadores, terminó por desestabilizar al conjunto choricero anímicamente, no encontraron nunca confianza y los nervios se apoderaron con el pasar del tiempo. Realmente los brasileiros no habían generado muchas claras antes del gol, únicamente a balón parado hacían daño. Lo que sí se notaba era la facilidad con la que se filtraban balones, el espacio que dejaban los futbolistas visitantes y la importancia del pressing que ejercían los atacantes de Sao Paulo con y sin balón.

Ganso fue fundamental como mediapunta, las genialidades y su facilidad de toque al igual que su inteligencia dieron apertura a la cancha, el timing que tiene para llevar a cabo las jugadas o generarlas, la paciencia que transmite, el tiempo que le da a sus compañeros para agregarse fueron factores. El 'Patón' sustituyó a Calleri con Centurión, mandó a los costados a Michel Bastos por izquierda y al europeo Kelvin por derecha, que se cansaron de ganar los duelos a Jordan Silva y Rojas. Hudson fue otro jugador a destacar con su ida y vuelta, muy incisivo al frente.

El primer tanto fue un error totalmente infantil por parte de la zaga roja, algo sencillo que se aprende desde básicas para un central como es el no dejar botar el esférico dentro del área, ahí falló Silva y Bastos no dudó en aprovecharlo para el 26'. El segundo gol fue algo táctico de Bauza, vio la fragilidad de la banda derecha toluqueña por lo que implementó un handicap dos contra un en donde Bastos y Centurión se acompañaban por izquierda constantemente ocasionando peligro, el argentino pasó de ser delantero en punta para pegarse a la banda mencionada, Ganso se metía como nueve falso por ése lapso del cotejo. En una descolgada Centurión recortó hacia el centro y se mandó una gran pegada que se colocó cercano al ángulo derecho para el 2-0.

El tercero cayó para el segundo tiempo, Thiago Mendes se metió entre toda la línea defensiva con pared con su compañero Ganso y sutilmente definió la goleada. La cuarta diana nuevamente surgió por desconcentración de los defensores, ni Galindo ni Da Silva lograron rechazar correctamente la bola y apareció Centurión para hacer brillar las estrellas en el estadio y que las bengalas en el estadio siguieran encendidas con su doblete. Toluca terminó por desesperarse y ningún cambio ayudó en lo mínimo, existieron muchas faltas, toques erráticos, también se cortaban las jugadas constantemente, el juvenil Vega terminaría por ser expulsado en la agonía de los 90'.