Desde 1994, la Selección Mexicana de futbol se ha quedado entre los mejores 16 equipos de la Copa del Mundo. Pero esta vez, en Brasil 2014, la eliminación del Tricolor le caló hondo como nunca a todo el pueblo mexicano. Lo dijo Marcelo Bielsa: "En la vida y en el fútbol, te domina el resultado final", y precisamente eso pasó con el equipo mexicano tras la eliminación ante los neerlandeses. Un juego que se tuvo ganado hasta el minuto 87, se perdió en un abrir y cerrar de ojos. 

Antes de que los aztecas aterrizaran en tierras cariocas, las expectavitas no eran muchas, de hecho, con un par de puntos la afición se daba por bien servida. Aunado a eso, Miguel Herrera y la delegación de 23 guerreros que viajaron a Brasil, se dispusieron a dar la cara, a no morir a las primeras de cambio y a mostrar que con una mentalidad ganadora se pueden lograr grandes cosas. 

Hoy, México ha demostrado que se le puede jugar de tú a tú a cualquiera, los pensamientos derrotistas están en el pasado y queda en la mente de cada paisano la excelente participación que los jugadores dieron, cayendo con la cara al sol ante un rival que no fue más que los verdes, que sufrió en buena parte del encuentro y que milagrosamente salió avante tras un error del "mejor árbitro del mundo", Pedro Proença. 

No, Tricolor, hoy no "jugaste como nunca y perdiste como siempre", hoy te entregaste como nunca y perdiste como pocas veces, con el reconocimiento de todo el orbe, con la firme convicción de que hay bastante que mejorar y enseñarle al mundo, con una generación de futbolistas que podrían jugar en los mejores clubes. 

El Ángel de la Independencia estuvo a 3 minutos de ser pintado de verde, pero esa postal tendrá que esperar por lo menos 4 años, cuando en Rusia, una vez más México vaya en busqueda del ansiado quinto partido, de la gloria mundial. 

Citando al músico y compositor Jauregui: "mexicanos al grito de guerra, orgullosos de amar esta tierra", así se despide México de la Copa del Mundo, con nu pueblo orgulloso de su equipo, con la frente en alto y con el orgullo intacto. 

Tricolor, muchas gracias por hacer soñar a una nación, por mostrar que si se quiere, es posible legar hasta donde se quiera, que no hay barreras más grades que las que nuestra mente pone. 

Esta noche, toda una nación dormirá recordando los versos de Ricardo López Méndez: "México, creo en ti, como en el vértice de un juramento. Tú hueles a tragedia, tierra mía, y sin embargo ríes demasiado, acaso porque sabes que la risa es la envoltura de un dolor callado". 

Gracias, Selección Mexicana, la entrega y 'HUEVOS' quedarán ahí en Fortaleza. Pero como en East Rutherford en 1994, como en Montpellier en 1998, como en Jeonju en 2002, como en Leipzig en 2006 y como en Johannesburgo en 2010, hoy... hoy es una noche triste.

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Sobre el autor
Mariano  Sánchez
Periodista deportivo. Cubro a los Pumas de la UNAM y a la Selección Nacional de México.