México jugó con un 5-3-2, Ochoa en el arco, Maza, Alanís y Herrera como centrales, Ponce y Aguilar por fuera, Vázquez como contención único, Guardado y Herrera como interiores y al frente Peralta con Dos Santos.

Chile

Chile jugó con una especie de 3-4-3. Bravo defendió la puerta mientras que la línea de tres la formaron Silva, Medel y Mena, por fuera se desempeñaron Isla y Jara, mientras que Millar y Díaz formaron la dupla en la contención, al frente Vidal y Aranguiz jugaron como interiores detrás de Sánchez.

Primer tiempo

Los volantes de Chile que jugaban por la banda se preocupaban más por atacar que por defender, jugaban permanentemente con tres en el fondo dando mayor libertad a la gente que juega por fuera.

Chile trataba de generar por el centro, ya que tenía muchos volantes con características de interiores, por lo que sus avances eran de afuera hacia adentro.

México no contaba con la llegada deseada durante los primeros diez minutos del partido; el balón pasaba por los volantes pero sin mucha claridad, por el lado izquierdo Ponce había intentado tibiamente mientras que Aguilar no rebasaba la línea media.

El pressing de Chile complicaba la salida de México, por lo que Ochoa y los centrales constantemente dividían el balón, beneficiando esto al rival quien ganaba prácticamente todos los rebotes.

La línea de tres de Chile era suficiente para hacer ancho el terreno de juego, por lo que prescindían de los carrileros para buscar amplitud, tanto Isla como Jara jugaban sobre la línea, sin tanta responsabilidad de marca; ello se debía en parte a que Ponce y Aguilar ofendían poco.

Aunque Chile arrancó de mejor forma y dominó parte de la primera parte, México, aunque poco lúcido, logro emparejar poco a poco el trámite del partido.

Segundo tiempo

México buscó tener más llegada; Dos Santos se botaba a los costados mientras que los carrileros se incorporaban con mayor frecuencia.

Chile ya no tenía el mismo dominio que en la primera parte, aún así buscaba ser peligroso en base a la velocidad de sus atacantes y al buen manejo de la pelota en medio campo.

Ayala no tenía la coordinación adecuada con los marcadores, por lo que la defensa mexicana sufría con la rapidez de Sánchez y la llegada de atrás de los volantes, pues en más de una ocasión el arco de Ochoa se vio apremiado con los arribos chilenos.

México seguía sin aprovechar los costados, los avances ofensivos pasaban más por los pies de Herrera y Guardado, y aunque se pretendió modificar con el ingreso de Layún, Miguel tampoco pudo tener profundidad y llegar a línea de fondo. El equipo del “Piojo” encontraba ciertos espacios al momento de desdoblar ya que Chile atacaba con varios elementos, descubriendo un poco su medio campo.

Sampaoli decidió modificar ligeramente su parado para jugar con dos hombres de área; sacó a un volante como Aranguiz para colocar a un nueve como Pinilla. Con Pinilla más cerca del área, Alexis retrasaba más su posición para partir de más atrás y jugar de frente al arco.
México tuvo las oportunidades suficientes para abrir el marcador pero careció de contundencia, dejando escapar así el triunfo en este inicio del nuevo proceso de Herrera.

Chile complicó bastante el desarrollo del partido a México, por momentos exhibió a la zaga defensiva y maniató gran parte del primer tiempo al del “Piojo”.