"Al final, a ti te sirve y a mí me ayuda". Era lo que comentaba Javier Hernández hace unas semanas en una entrevista para la cadena Fox Sports, cuando se le cuestionaba sobre la falta de minutos que tenía en el cuadro blanco, misma que se dio en una semana donde los rumores y posibles destinos para Chicharito no pararon.

El mexicano comenzó a pedir mediante actuaciones con el Tri y la prensa, que quería más minutos en el Real Madrid; su malestar era evidente, pues aunque los haters disfrutan verlo así, a Javier no le agrada el hecho de pasar 70, 80, 85 minutos o todo el partido en la banca.

Por sus declaraciones y cosas del destino, el segundo máximo artillero de la Selección Mexicana comenzó a tener más oportunidades dentro del cuadro blanco y en menos de un mes, Hernández Balcázar cuenta ya con dos goles y una asistencia en el estadio merengue.

La oportunidad más grande para el tapatío en el cuadro español llegó esta noche en Madrid, pues ante varias ausencias importantes del conjunto blanco, Hernández iría de titular en el juego decisivo ante el acérrimo rival, el Atlético de Madrid, en una semifinal de Champions League.

Desde los primeros minutos, Javier mostró determinación, la garra que lo caracteriza y los pantalones que tanto le sobran. Haciendo jugar a sus compañeros, dando pases de gol, rematando a puerta y arengando a la afición, así era como el mexicano se mostraba como el mejor jugador del Real Madrid en este partido.

El máximo ganador de Europa no merecía perder y todo el mundo sabía, quizá hasta el mismo Di Stéfano, que si alguien tenía que darle el pase a semis, ese era Javier Hernández Balcázar.

El tiempo se agotaba, los técnicos ya analizaban como sería el alargue y una posible tanda de penaltis pero el milagro apareció. Cristiano tocó para James, el colombiano devolvió de primera al portugués y este entró al área, aguantó los jalones de la defensa y sirvió el balón para que Javier se vistiera de héroe en una noche soñada.

El 'Chicharito' le estaba dando las semifinales al cuadro merengue y ponía a más de 80 mil almas en el Santiago Bernabéu a corear el nombre de un delantero mexicano, algo que hasta hoy, sólo se había visto en las películas.

Dicen que los tiempos de dios son perfectos y que mejor que uno de sus hijos predilectos para reafirmar este dicho. Después de tanta desesperación, Javier tiene por fin la oportunidad que tanto pidió y posiblemente, pasará tiempo para volver a perderla.