Ante el mejor momento de su carrera, así es como se encuentra el mediocampista mexicano Andrés Guardado, quien a pesar de la muy dudosa marcación del tiro penal este pasado domingo ante Costa Rica en los Cuartos de Final de la Copa Oro, mostró un temple y valentía que corresponden a un líder absoluto en la cancha.

Aquel juvenil elemento del Atlas que se ganó la atención de todos por su magnífica calidad en los tiros de media distancia, hoy se levanta como una parte vital en el esquema táctico de Miguel Herrera, en apoyo de recuperación de la pelota, y en el empuje hacia el frente con la ambición del gol en todo momento.

No por nada Guardado se ha ganado el cariño de la afición del PSV en Holanda, debido a una entrega y pasión por los colores que ha reflejado en cada partido que ha disputado con el conjunto europeo.

La noche del domingo ante los ticos, el cuadro nacional reflejó cierta desesperación, sobre todo al momento de buscar definir. Imprecisión en los disparos, goles cantados se fueron por encima del marco y la sangre se fue calentando al ver que el tiempo reglamentario se aproximaba a su fin.

Es poco común en la historia del balompié que se señale un tiro desde los once pasos en el último minuto de unos tiempos extras, la presión aumenta inevitablemente, y más sabiendo lo que está en juego. No obstante, Andrés pidió el esférico con total certeza de que en sus pies estaba la clasificación para mantener viva la esperanza de ganar una Copa Oro que tanto presiona hoy al conjunto mexicano.

La historia la sabemos todos, y Guardado recalca la importancia que tendrá en las siguientes fases, su presencia no pasa desapercibida entre el mar de dudas que genera hoy la Selección Mexicana.