Fueron 42.195 kilómetros los que corrió para alcanzar la gloria. Raúl Pacheco bajó de Los Andes por segundo año consecutivo para colgarse la medalla de oro en el Maratón de la Ciudad de México. Con un tiempo de 2:18:25 horas, el peruano se adjudicó el bicampeonato y por un momento, su hazaña hizo recordar los tiempos de Filípides.

Detrás de Pacheco apareció el etíope Abraham Misganaw, quien se llevó la plata con un tiempo de 2:18:30 y el kenyano Kenneth Mungara, quien se trepó al tercer peldaño gracias un tiempo de 2:18:31.

Ni siquiera la lluvia pudo detener el arranque de la edición XXXII del Maratón de la Ciudad de México. En ese preciso instante en el que no se puede contener más la adrenalina, ese momento en el que se desborda la pasión y la euforia se apodera del alma, la tormenta cayó sobre las calles de la capital mexicana justo cuando sonó el disparo de salida.

Los gritos de apoyo no cesaron a pesar del intenso diluvio. El pueblo mexicano demostró que cada vez crece más la pasión por el maratón y que a pesar de las inclemencias del tiempo, esta prueba llegó para quedarse en el gusto de la afición mexicana.

La competencia comenzó con la categoría élite a la cabeza. Los 10 corredores más importantes tomaron el control e hicieron vibrar el pavimento de las calles del Distrito Federal.

Poco a poco el pelotón liderado por kenyanos y etíopes se despegó del resto. Cada paso ampliaba gradualmente la ventaja sobre los demás competidores hasta que apareció un viejo conocido del trazado olímpico del “maratón chilango”, Raúl Pacheco.

El peruano administró su oxígeno y fue hasta los últimos kilómetros que apareció en la punta del grupo de los líderes tal como hace un año, cuando se convirtió en el primer ganador de la prueba con la ruta de México 1968.

A casi un kilómetro, el entrenado por Rodolfo Gómez tenía el triunfo en el bolsillo, sin embargo, a pocos metros de entrar en el túnel que lo llevaría a la pista del Estadio Olímpico Universitario, el andino se salió de la ruta y por un instante pareció que el error le costaría la victoria. Pacheco corrigió y pese a que los africanos le pisaron los talones, no sucumbió y cruzó la línea bañado de gloria.

 “Quiero agradecerles a todos por darse el tiempo de estar aquí. Agradezco al profesor Rodolfo Gómez, el entrenamiento es la base para poder ganar, agradezco al profesor Rodolfo y a todo México”, dijo emocionado Pacheco al recibir su medalla de bicampeón.

La bolsa que recibió el bicampeón fue de 34 mil 386 dólares, 450 mil pesos netos; pero son las lágrimas que corrieron por su rostro al cruzar la meta, las que quedarán perpetuadas en el corazón de la afición mexicana.

Alene se roba el show

La peruana Gladys Tehea no pudo emular a su compatriota Raúl Pacheco, quien se adjudicó el bicampeonato en el Maratón de la Ciudad de México y tuvo que ver a la etíope Shewarge Amare Alene coronarse con un tiempo de 2:41:21 horas.

Además de la etíope, la keniana Diane Nukuri Johnon, con marca de dos horas, 41 minutos y 32 segundos, también venció a la peruana para quedarse con la plata.

La campeona de 2013, la peruana Tehea, logró un crono de dos horas, 41 minutos 40 segundos que la colocaron en el podio, pero lejos de alcanzar su sueño de erigirse como bicampeona en el Estadio Olímpico Universitario.

La rama femenil tuvo una férrea competencia en la que la nueva monarca Amare Alene cruzó la meta con una sonrisa de satisfacción que coronó al besar la pista del estadio México 1968 pocos metros después de parar el reloj.