La relación entre ambas compañías comenzó hace un año y medio, fruto de esta relación se plasmó el logotipo de Aston Martin en el morro y pontones del monoplaza de la escudería austriaca. Otro de los objetivos de la unión es la del desarrollo del supercoche Aston Martin Valkyrie.

Este superdeportivo llegará en 2019 y se fabricarán 150 unidades más 25 extra adaptadas para circuito. Bajo el capó se esconderán 1.100 caballos con un motor V12 de 6.5 litros. Sin embargo uno de los problemas a los que se ha tenido que enfrentar la marca es al de la reventa, castigando a uno de los compradores con la cancelación de su reserva al haberlo puesto en venta por 10 millones de euros. La nueva forma de trabajar entre las dos compañías incluirá un nuevo Centro de Rendimiento Avanzado que se abrirá el Milton Keynes y en el que trabajarán 110 personas para desarrollar las siguientes especificaciones del Valkyrie.

También se especula con la ruptura de Red Bull con Renault, su actual motorizador. Andy Palmer, director ejecutivo de Aston Martin, dejó entrever que su cometido es el de “discutir cómo será la temporada que viene, y si en dicho contexto son capaces de ofrecer un motor o no para 2021”.

Palmer añadió que “no están a punto de entrar en una guerra de motores sin restricciones” y que “creen que si la FIA puede crear el ambiente adecuado estarían interesados en involucrase”