La final de la Capital One Cup ante el Chelsea es algo más que una simple final para el Tottenham. Los spurs no levantan un título desde 2008, cuando, con Juande Ramos en el banquillo, se alzaron con el mismo trofeo que disputarán el domingo. La final puede suponer una enorme inyección de moral de cara a la lucha para entrar en la Champions League. Además, también puede ensalzar de manera definitiva el juego del Tottenham, visiblemente cambiado con la llegada de Pochettino y que muestra importantes diferencias respecto al Tottenham de las pasadas campañas.

La posesión, seña de identidad del nuevo Tottenham

Son muchos los años que el Tottenham ha estado navegando sin rumbo, sin tener un estilo definido para encarar los partidos. Al inicio de esta temporada, parecía que esto no iba a cambiar pese a la llegada de un nuevo técnico, Mauricio Pochettino. Aún así, una vez transcurrida media temporada, el equipo ya muestra ciertos rasgos de personalidad a la hora de afrontar los partidos. El rasgo que más define esta personalidad es el mimo del balón. Pochettino suele juntar jugadores de gran talento sobre el césped, aquellos que en España se denominan los bajitos, aquellos que son capaces de hacer maravillas con el balón y que necesitan estar constantemente en contacto con él.

El Tottenham es el tercer equipo de la Premier con más posesión de balón (56,1%)

A partir de un doble pivote bastante técnico, normalmente formado por Bentaleb y Mason, construye el juego prácticamente siempre mirando hacia delante. De los tres mediapuntas titulares (Eriksen, Chadli y Lamela), los dos primeros tienden a bajar a recibir para entrar en contacto con el balón. El otro, Erik Lamela, prefiere esperar en banda derecha su oportunidad para desbordar. No hay que olvidar el importantísimo papel de Harry Kane en el equipo más allá de su capacidad goleadora. Al delantero inglés también le gusta asociarse con los bajitos y acostuma a desahogar mucho el juego de los spurs bajando a recibir.

Otro aspecto destacable en el juego ofensivo del Tottenham es la participación de los laterales. En este aspecto, la reciente reincorporación de Kyle Walker al equipo tras una larga lesión ha sido toda una bendición. Tanto Walker (por la derecha) como Rose (por la izquierda) dan continuamente una opción de pase a los pivotes. De esta manera, el Tottenham ensancha al máximo el campo y estira al enemigo, provocando que este deje huecos entre líneas para que los mediapuntas los aprovechen.

Presión asfixiante

Este es un concepto de una importancia capital en el futbol actual, y como tal Pochettino lo ha estado tratando de trabajar con el Tottenham. Es de una complejidad enorme, necesita ser ejecutado con una perfección quirúrgica para obtener la recompensa deseada. De otro modo, el resultado puede ser fatal, llevando a conceder ocasiones con mucha facilidad.

El Tottenham sólo ha dejado su portería a cero en seis ocasiones esta temporada.

Los jugadores que habitualmente son titulares no son grandes defensores ni tampoco poseen las cualidades físicas idóneas para practicar un fútbol defensivo. De hecho, es un equipo que defiende bastante mal. La solución de Pochettino parece bastante lógica: si no sabemos defender, vamos a atacar el mayor tiempo posible. El Tottenham es entonces un equipo que presiona muy arriba, y que tras perder el balón se abalanza sobre el contrario para recuperarlo. Evidentemente, esto puede tener dos resultados: el Tottenham recupera el balón y construye la jugada de ataque; o bien, por otro lado, si la presión no está bien ejecutada el rival supera las líneas de presión y aprovecha los enormes huecos que dejan los spurs en defensa. Durante el curso de un partido, se acostumbran a dar ambas. El Tottenham no es un equipo que suela dejar la portería a cero en muchos encuentros.

Verticalidad arrolladora

Los laterales tienen un papel clave en el ataque del Tottenham.

La verticalidad de los equipos está estrechamente relacionada con la presión que ejecutan. Una presión alta y bien realizada suele ir acompaña de ataques rápidos y verticales. Cuando el Tottenham recupera el balón, no le gusta demasiado entretenerse. Los jugadores del centro del campo tocan rápido y buscan en seguida un pase en profundidad a la banda, donde suelen tener superioridad con los laterales, para crear peligro.

Otra solución para un ataque rápido sigue siendo la combinación por el centro, especialmente entre Kane y Eriksen. Entre estos dos futbolistas generan mucho fútbol entre líneas, del cual se pueden aprovechar ellos mismo o los compañeros.

Los hombres clave: Eriksen y Kane

El hombre de moda en Inglaterra es el delantero del Tottenham que ha aterrizado en el primer equipo como un auténtico huracán: Harry Kane. Con 22 goles en su cuenta particular, contando todas las competiciones, no cabe duda que es el mayor peligro del Tottenham actualmente. Pero además, Kane cuenta con un socio de lujo, el danés Christian Eriksen.

Kane y Eriksen han participado en el 66% de los goles del Tottenham en Premier

Entre los dos llevan la manija del ataque spur, y rara es la vez que ninguno de los dos está involucrado directamente en el gol de su equipo. Eriksen, frecuentemente anclado a la banda izquierda en la anterior campaña, se siente mucho más liberado jugando por el centro. Y aunque Pochettino ha seguido situándolo de vez en cuando en la banda, donde ha rendido mejor ha sido en el centro. Ahí es donde más influencia tiene en el juego y donde menos desconecta de los partidos.

Sin ninguna duda, el Chelsea estará pendiente de estos dos hombres en la final de la Capital One Cup, especialmente de Kane después del partidazo que hizo ante los blues en liga. Aún así, el Tottenham posee otros jugadores de nivel como Lamela, Chadli, Townsend o Mason que pueden hacer daño al Chelsea.

El Tottenham es un equipo en plena creación. De hecho, su once titular es el más joven de la Premier League con solo 23, 4 años de media. Si el proyecto de Pochettino tiene continuidad y se retocan algunas piezas (especialmente en defensa), el Tottenham dará que hablar en los próximos años.