Verano convulso en las oficinas del conjunto blaugrana. Tras meses en los que cada día se especulaba con el posible interés del Barça por un jugador diferente, la plantilla se cerró el dia 1 de septiembre con Dembélé como última llegada. No hubo fichajes relámpago, ni movimientos sorpresa, sino un sinfin de rumores que terminaron por explotar en la cara de la directiva.

Objetivamente, esta plantilla cuenta con mayor versatilidad que la del año pasado, con un abanico de opciones mayor, pero también a priori con menor calidad y capacidad de cambiar el rumbo de un partido. Neymar canalizaba muchas de estas acciones, y se postulaba como el claro heredero a recoger el cetro de Leo Messi. Su noche frente al París Saint Germain le otorgó el estatus de los más grandes. Pero no lo aceptó. Y ante las diferencias con una directiva que siempre parece ir a remolque, puso rumbo a París mientras todos mirábamos incrédulos el movimiento. Con 222 millones en los bolsillos, se esperaba que el Barça fichase bien y cubriese varias posicione o, por contra, se lo gastase todo en dos cracks de talla mundial. 

Al fin del curso pasado se señalaban 4 necesidades básicas: un lateral, un mediocentro de toque, un defensa suplente de garantías y un extremo revulsivo. Llegaron Semedo y Deulofeu para cubrir dos de estas 4 carencias, pero los otros dos nunca llegaron. Sí lo hizo Ousmane Dembélé, como contrapie a la marcha de Ney y también lo hizo Paulinho, jugador polivalente y con gol, pero totalmente alejado de lo que se buscaba en un principio. Vamos a repasar línea por línea el equipo blaugrana, analizando sus posibilidades y qué pueden aportar:

Defensa:

Probablemente la línea que más ha sufrido los últimos años. El acierto en el fichaje de Samuel Umtiti ha sido un alivio para Piqué, que se estaba quedando cada vez más solo. Gerard es el líder de esta zona, y una de las piezas troncales del proyecto. Su jerarquía y solidez serán claves para un proyecto que pretende vivir en campo contrario. El problema del Barça con los laterales parece que empieza a ver la luz con el fichaje de Semedo, pero aún así, el Barça no dispone de dos bandas letales, capaces de influir en el juego de su equipo y de cambiar el rumbo de un partido. Son piezas secundarias. Todo gran euqipo ha contado con un lateral dominante( Alves(Juve/Barça) Lahm, Marcelo, Filipe Luis, Maicon) y aquí el Barça se encuentra que no lo tiene. Tras la salida en cesión de Marlon, Mascherano y Vermaelen quedan como segundos defensas. 

Medio del campo:

Hace no mucho, la medular era la envidia de nuestro eterno rival. El Barça presumía de Xavi, Iniesta y Busquets como patrimonio de la Masia, un bien que nadie podía imaginar. Pero ahora miramos Chamartín con los ojos nublados, viendo como Luka Modric, Toni Kroos, Marco Asensio o Isco nos quitaban la pelota, nos la escondían y nos hacían ir tras ella. Por eso desde el aficionado se demandaba el fichaje de un jugador capaz de asentarse en la medular y de asociarse en corto o en largo, de generar y gestionar el juego. Rakitic ha tenido un papel demasiado oscuro para lo que es. Nunca ha sido un interior al uso. Con la llegada de Paulinho se presupone indispensable que Denis Suárez y André Gomes den un paso hacia adelante. Parece que Valverde quiere jugar con el 4-2-3-1 y allí podrían juntarse, por ejemplo, Busquets, Roberto y Denis de falso extremo, para dar más socios a Messi. Veremos qué hace Valverde ante la falta evidente de calidad con respecto a otras plantillas en esta línea, pero hay variantes y polivalencia.

Delantera: 

Llega Dembélé para crecer y ser un jugador muy útil para Ernesto. Su polivalencia puede ir muy bien para dotar al equipo de mayor flexibilidad, además de ser un elemento muy apto para la presión. Leo Messi, a su edad(30), tiene el reto de volver a darlo todo para llevar una plantilla que no está hecha al agrado del argentino a intentar ganar títulos. Si se confirma el esquema esmentado anteriormente, Messi tendrá más libertad y la no responsabilidad de irse tan hacia abajo en tareas de salida de la pelota. El trabajo del equipo será encontrar a Messi en dónde este resulta diferencial y letal: entre líneas. Veremos hasta dónde aguanta Leo. Suárez debe volver a ser el de 2016, en uno de los picos individuales de un delantero más altos y letales que se recuerdan. Aunque sus cifras fueran buenas el pasado año, se le vio errático e incluso falló goles que el Suárez del triplete no hubiera fallado. Se le necesita, porque será el termómetro de este equipo.