La vida, en todos sus ámbitos, está llena de contradicciones e incoherencias. Hoy nos hemos encontrado con otro caso que lo confirma. Lorenzo Serra Ferrer, máximo accionista del Mallorca después de que que el pasado 18 de junio de 2010 comprara el paquete accionarial que poseía Mateo Alemany, ha provocado la salida del club bermellón de Michael Laudrup, considerado por juego y resultados uno de los mejores entrenadores de Europa.

La decisión del entrenador danés se ha hecho oficial esta mañana, tras varios meses de desavenencias con Serra Ferrer, que culminaron ayer cuando su ayudante, Henrik Larsen, fue despedido por decir de Serra Ferrer que "era una mala persona", y que "quiere controlarlo todo en el club y no está capacitado para ello". Antes de Larsen, el delantero Pierre Webó también había tenido que dejar la entidad mallorquina por no estar de acuerdo con un Serra Ferrer que hizo todo lo posible para que no encontrara acomodo en un equipo de relevancia. Finalmente, el camerunés firmó por el Istanbul Büyüksehir turco.

Laudrup, que recordó la frase con la que se despidió Serra Ferrer del Betis en 2006, "el Betis será lo que Lopera quiera que sea", ha preferido abandonar el club por el bien del equipo y se encuentra negociando la rescisión de su contrato. Su sustituto podría ser Caparrós, un técnico al que no le auguro un buen futuro en las islas porque también es un técnico con carácter, que no se amoldará a todas las exigencias de Serra Ferrer, algo que parece ser que es lo que busca.

Una decepción más de un proyecto, el del Mallorca, que pintaba muy bien el verano pasado pero que poco a poco se está desinflando, al estar capitaneado por una persona que desde 2001 hasta 2004 formaba parte del Fútbol Club Barcelona, cobrando un sueldo, sin ninguna función asignada aparente. Recuerdo escuchar programas radiofónicos nocturnos que aseguraban que tenía un despacho por el que no aparecía en todo el año.

Se acercan nubes negras al conjunto bermellón. Espero, por su afición, que las cosas no empeoren.