Las importantes bajas en ambos conjuntos, junto con el intempestivo horario para la disputa del encuentro, provocaron que decreciera el atractivo del choque entre el filial madridista y los onubenses. A pesar de las llamativas ausencias, el filial madridista salió con ganas al césped dificultando la salida de balón del equipo de Sergi Barjuan. De este modo, Óscar Plano tuvo la primera ocasión en el minuto 5 cuando fusiló a Alejandro, pero este desbarató la jugada de peligro.

Los asistentes en el Di Stéfano, con amplia representación andaluza, no se deleitaron con un gran fútbol. El balón se movía de bando a bando sin dueño claro y sin excesivo criterio. Bajo esos derroteros se movieron ambos equipos en los primeros compases del encuentro, preludio de lo que quedaba por delante. Del ambiente enrarecido y poco virtuoso se contagió el árbitro de la contienda, Prieto Iglesias, que se ayudó de sus asistentes para anular dos goles legales. Uno por equipo.          

El partido no hacía justicia al gusto de ambos entrenadores por el fútbol de toque que se vislumbraba a cuentagotas. El Recreativo, de la mano de Sergi Barjuan, apuesta por no rifar ningún balón, algo que fue aprovechando el equipo de Toril para presionar con Alex y Plano hasta el portero.

El partido rozaba el aburrimiento y los jugadores se mimetizaban del tedio que reinaba en el Di Stéfano. Las ocasiones llegaban por inercia y no por efecto del juego de ninguno de los equipos, aún así destacaba el empeño que le ponía Borja. El delantero local lo intentaba de todos los colores pero el recital de errores que germinaban a su alrededor acabó por contagiar su impulsivo fútbol.

El paso de los minutos acabó por helar las piernas y las ideas de los jugadores que acumulaban fallos en la entrega y errores en los controles. El rosario de descuidos de ambos se materializó en una jugada que sirve para resumir el partido. Un mal despeje de Jesús la terminó por desaprovechar la delantera onubense al disparar alto, sin oposición.

El filial madridista se contagió en exceso por el aburrimiento general y Alexander se convirtió en héroe local al doblegar en el duelo a Jesús. El primer gol llegó cuando el sentir general era que el marcador sería inamovible pero el argentino apareció tirando un desmarque que a la postre sería clave.

Los tres puntos vuelan a Hueva en una noche fría de Madrid en la que se enfrentaron dos equipos con un mayor potencial que lo mostrado. Los algo más de 1.700 espectadores empezaron animosos pero acabaron por ponerse a la altura emocional de los jugadores. Una genialidad de Alexander finiquitó un partido que no tuvo dueño por la inoperancia de los contendientes.

Así lo vivimos.