El Di Stéfano asistía impertérrito cómo los dos equipos medían sus paupérrimas rachas dirimiendo entre sí un gran perdedor del duelo. El Racing se presentaba como un rival propicio a domicilio para el Real Madrid Castilla que, tras un buen inicio de campaña, se ha ido desinflando. Las bajas por lesión, sanciones, selecciones y los jugadores que Mourinho se lleva con el primer equipo han debilitado a un conjunto que no encuentra la estabilidad. Tanto ha perdido la tranquilidad como para que Jesé perdiera con ello el norte tras situarse pichichi de la competición y embaucar a diestro y siniestro. Tras esas semanas sensacionales, el equipo decayó y los focos se posaron sobre José Rodríguez y Denis.

Con el aliciente de convertirse en protagonista, Jesé lideró la punta de lanza del equipo de Toril acompañado por Alex Fernández. El canario se sintió en la obligación de reflotar al filial madridista y se marcó una actuación portentosa en la definición y asistencia. Por otro lado, las buenas actuaciones de José Rodríguez con el primer equipo le llevaron directamente a la titularidad aprovechando la baja de Morata y adelantando con ello la posición del pelirrojo. La sorpresa llegó con la suplencia de Borja García, el ex del Córdoba no termina de pasar por un buen momento y Toril prueba la medicina del castigo para despertar su instinto ganador.

El partido y sus protagonistas no pueden enorgullecerse del espectáculo mostrado ya que durante gran parte del encuentro se convirtió en un rosario de errores. Pasaban los minutos sin ocasiones para ninguno de los contendientes y tuvo que ser el canario, Jesé, el que moviera el árbol para que cayera el fruto. De este modo, pasado el cuarto de hora, Denis conectó con Jesé Rodríguez, que se había alejado de los centrales, y aprovechó ese espacio para caracolear en la frontal y soltar un derechazo imparable. Mario se estiró pero el delantero ya celebraba el primer tanto del encuentro.

Jesé se exhibe

No obstante, la asistencia del jugador ruso no ocultó su espesa primera parte que arregló tras el intermedio con una gran segunda mitad. El que no remontó el vuelo fue Juanfran que no estuvo entonado en banda sin ser capaz de desbordar en ninguna de sus acciones a pesar de contar con superioridad con los apoyos de Alex. A pesar del discreto encuentro de los extremos madridistas hasta el descanso, el equipo se encontró con un penalti de Jairo sobre Fabinho y Jesé se encargó de engañar a Mario para firmar el segundo.

El Castilla se fue al descanso habiendo hecho más bien poco pero lo justo para, con cuatro acercamientos de peligro, irse venciendo al intermedio con una ventaja de dos goles. Enfrente, el Racing trotó sobre el terreno de juego sin atisbarse señales vitales en sus jugadores. El equipo cántabro está tocado futbolísticamente e institucionalmente y su sufrida afición mira al abismo de Segunda B como un temor cercano.

Tras el intermedio, nada nuevo. Fabri movió más a su equipo, pero las consecuencias fueron escasas, por no decir nulas. Tampoco cambió el hambre de mostrarse de Jesé que se aprovechó de la indolente defensa cántabra para rondar el área de Mario. En una de esas acciones, Jesé llevó la contra y atrajo para sí a la defensa posibilitando la entrada por la izquierda de Denis que colocó el balón en la escuadra. Apenas dos minutos después, mismos protagonistas, mismo orden y mismo resultado. El canario y el ruso hacían sangre de la herida abierta y colocaban el 4-0 definitivo, con toda la segunda parte por delante.

De ahí al final del encuentro se vio un recital castillista más por demérito visitante, que demostró la razón por la cual se sitúa en posiciones de descenso y que bien pudo ser mayor de haber estado más acertados en la definición. La portentosa actuación del delantero canario desdibujó a la defensa cántabra que acabó desquiciada ante su superioridad técnica. La goleada sirve al filial para salir de sus apuros y recuperar la senda que abandonó coincidiendo con la lluvia de halagos que recibió tras su puesta en escena en Segunda.

Así lo hemos vivido.