Los blancos se daban citan en el Bernabéu con un Valencia que acudía con la misma idea en mente. La Copa pasa por ser una competición para evadirse de los problemas que sufren en el torneo de la regularidad. El Real Madrid se deja llevar en Liga, apostando su éxito o fracaso a la Copa y a la Champions. No se encargan de disimular, ni se sonrojan al mostrar dos caras diametralmente opuestas. Hoy, el estadio se llenó a sabiendas de la importancia del encuentro, sabiendo que hoy jugaba el “Doctor Jekyll”.

Ni siquiera las bajas en defensa alteró la puesta de largo del equipo de Mourinho. El momento de forma de Carvalho y la seriedad de Albiol y Essien consiguieron tapar las importantes ausencias con las que contaba el equipo. A ello se sumó Marcelo, que volvía tras un letargo demasiado largo para su equipo. El lateral, después de tres meses, volvía a ocupar un puesto en el once de Mourinho.

El equipo ha echado de menos la anarquía táctica de Marcelo, su sonrisa y su fútbol de despliegue. El lateral izquierdo ha dejado un vacío durante tres meses, cubierto con solvencia en contadas ocasiones. A pesar de todo, el brasileño está lejos de su mejor momento y se le notó dubitativo y sin el ímpetu que le caracteriza. En el descanso Coentrao ocupó su lugar.

Dominio visitante, gol local

Para suplir esas carencias, Cristiano Ronaldo se multiplicó como de costumbre. A la cabeza de una estampida, el “7” se encargaba de lanzar los ataques mortales del Madrid ante los que la defensa valencianista solo hacía que recular. Antes de todo, Cristiano quiso probar suerte de falta antes de que se cumpliera el primer minuto y a punto estuvo de adelantar a su equipo. El Valencia, con balón, quería un partido de ritmo lento y con mucho toque en la medular. En ésta idea destacaba Banega, capaz de mover a su equipo y bailar sobre el césped del Bernabéu. El talento del argentino destacaba aún más si se comparaba con la actuación de Parejo. 

Dani Parejo no se encontró cómodo como mediocentro más retrasado y sufrió ante la presión madridista. El excanterano del Real Madrid sintió las ganas de los hombres de ataque de los locales que apenas le daban tregua para combinar. Su rendimiento endeble fue causado por una presión efectiva del equipo de Mourinho que antes de encontrar el primero, bien pudo adelantarse. La posesión, sin peligro, pertenecía a los de Valverde, pero la mordiente arriba la atestiguaban los blancos. Con éste panorama apareció Casillas como artista invitado.

El portero de Móstoles ha encontrado el pique de Mourinho como una motivación y salvó a su equipo en la jugada que antecedió al gol de Benzema. En una de esas contras con las que disfruta el conjunto blanco encontró la suerte que se le había negado. La curiosidad la marcó Essien llevando la contra que combinó con Khedira antes de que Benzema batiera al primer palo a Guaita. El gol despertó al público que necesitaba un aliciente para cantar a sus hombres y, antes del descanso, estuvieron a punto de ver el segundo de su equipo.

Banega marca el ritmo

El descanso le sentó mejor al Valencia que volvió al campo con la firme intención de llevar el control del balón como método más adecuado para firmar el empate. El Madrid no era capaz de robar con la intensidad de la primera parte y retrasó un poco sus líneas intentando provocar el fallo visitante. La sensacional actuación de Banega siguió dejando detalles de gran futbolista y con sus designaciones provocó las mejores ocasiones del equipo de Valverde. Entre ellas, las que fallarlas parece una quimera, como la de Jonás tras otra parada salvadora de Casillas a Soldado. Para reaccionar ante el dominio de los ché, Mourinho dio entrada a la conexión argentina: Di María e Higuaín. Con ellos sobre el campo, el Real Madrid recobró su dinámica de presión y ganó frescura en los metros finales. Acción, reacción.

El Madrid intentó deshacerse del control manifiesto del Valencia y, sin merecer la mejor de las suertes, se encontró con un gol en propia puerta de Guardado. El segundo tanto llegó gracias a la profundidad que le dio Coentrao en la jugada, cuyo centro envenenado acabó en la portería de Guaita cuando Higuaín esperaba para firmar el gol. El tanto atoró al Valencia que se sintió incapaz de creerse cómo los blancos, con tan poco, habían logrado tanto. Los de Valverde bajaron los brazos y bien puede significarles la derrota en la eliminatoria.

Tras esto, Cristiano tuvo dos ocasiones de las que no suele fallar, pero se encontró a Guaita en su camino al tercer gol. El estadio apoyó en la recta final convencido de que podían dejar listo para sentencia los cuartos de final y Valverde quemó las naves intentando no descolgarse de la eliminatoria. Con Valdez en el campo en detrimento de Banega, los minutos finales del choque se convirtieron en un monólogo ofensivo de los blancos. Sin el sostén de Banega, el Valencia se desinfló sin ideas claras con las que buscar recortar las distancias.

El Real Madrid se llevó la victoria aunque no realizó un partido vistoso. Los valencianistas encontraron demasiado castigo en su falta de acierto y viajan a la capital del Turia con un resultado negativo. Ambos equipos se volverán a ver las caras éste fin de semana en Liga, en Mestalla, como antesala a la vuelta de Copa.

Así lo vivimos.