“Yo, en privado, soy muy sentimental. Pero en el fútbol no hay tiempo para los sentimientos. Todo se olvida muy deprisa”. El destino, curioso e inescrutable como pocos quiso que el día que el Bernabéu agradecía el legado a Luis Aragonés fuera el mismo en el que consumasen una revancha que databa de 8 meses y medio. 263 días rumiando el desquite, consumando una idea. El Atlético regresaba al lugar de los hechos, al estadio donde fueron felices. En esta ocasión los de blanco elevaron un muro evidenciado con una victoria deseada.

Con la lección aprendida, los de Ancelotti no quisieron que los rojiblancos volvieran a vencer por intensidad y ganas. Igualando la disponibilidad al sacrificio el terreno estaba arado para los blancos. Xabi Alonso y Modric se erigieron en juez y parte. Destruyeron con la misma firmeza que crearon. Dirigieron a sus compañeros mientras entorpecieron el devenir rojiblanco.

Febrero trajo en sus albores un partido con sabor a final. Sin embargo, en el encuentro los rojiblancos no lo disputaron como tal. Parapetados atrás, los de Simeone aguardaban sin más pretensión que la de esperar una oportunidad. Mecido por Modric, el Real Madrid siempre sabía dónde ir, hacia dónde virar. Bajo su mando de seda, los blancos supieron encontrar las cosquillas a los atléticos.

Jesé levantó al público

El Bernabéu asistió a un Madrid desconocido por lo intenso y por su hambre. Por la codicia que le llevó a por el partido como camino más corto a la final. Así lo entendió Carlo Ancelotti que volvió a dar los mandos de la derecha a Jesé, un canario que volvió a tocar la puerta. Ocupando un puesto de muchos millones, el canterano dribló con asiduidad y levantó al respetable de sus asientos.

Bien es cierto que el gol que abría la eliminatoria no varió en nada el planteamiento de ninguno de los dos contendientes. El Atlético estuvo timorato, antes y después del gol de Pepe. Tanto que llegó tras un rebote en un defensa atlético. La suerte premió la mayor insistencia ofensiva del Real Madrid, sin embargo el partido fue parco en ocasiones.

El descanso llegó para aliviar el desconcierto atlético. Con una mutación táctica diseñada para hacer hueco a Diego, los de Simeone no fueron ni la mitad del equipo que desquició a los blancos en el partido liguero. Ni un cuarto del equipo que salió campeón en mayo. Del error se percató el técnico argentino que retiró al brasileño tras el intermedio.

Atlético de Madrid desdibujado

La tregua duró 5 minutos. El cambio de Simeone frenó la intensidad madridista el tiempo justo para avisar a los blancos. Suficiente. El Madrid se sobrepuso y encontró su ritmo machacón. De un Di María con doble cara surgió el segundo del equipo de Ancelotti, del mismo modo que llegó el primero.

El argentino jugó sobre la delgada línea de la excelencia y el fracaso. Sobre ese limbo, Ángel volvió a asistir con un zurdazo genial a Jesé que volvió a dejar su impronta. El segundo terminó por desquiciar a los atléticos que estaban fuera del encuentro y que acabaron viendo como Costa era amonestado. Sin el brasileño y sin Villa, Simeone tendrá que improvisar en busca de una remontada homérica.

Desdibujado sobre territorio hostil, los minutos corrieron en contra de los rojiblancos. Enardecidos por un público entregado, el Real Madrid hurgó en la herida abierta hasta estar convencido de que el castigo era suficiente. De este modo, Di María volvió a encontrarpuerta de igual forma que Pepe. El rebote sonrió a los locales en una noche para enmarcar.

Los goles del partido Real Madrid – Atlético de Madrid en vídeo

1-0 Pepe, min. 18

2-0 Jesé, min. 57

3-0 Di María, min. 73

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Sobre el autor
Adrián Orzáez
Editor. Redactor del Real Madrid. Licenciado en Economía y Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Email de contacto: [email protected]