Las oportunidades se buscan o se encuentran, llegan, pero son efímeras. El Madrid, sabedor de los designios y las vueltas que da la Liga, no quiso perder el dulce que Pucela puso a su alcance. Con su mejor tono los de Ancelotti salieron con mando de hierro, con presión y precisión. El Levante solo fue un holograma que el Madrid supo ensombrecer y ningunear.

Cristiano volvía a su pasto, regresaba al estadio donde se le idolatra y poco tardó en demostrar sus ganas. Levitando sobre Chamartín, Di María colocó un córner en el único sitio donde el luso es capaz de mantenerse y dilapidar planteamientos tácticos. Cristiano Ronaldo, en 10 minutos, echó por tierra el plan de Caparrós.

Control total del Madrid

Superior, el Real Madrid no dio tregua. No había razón para dar opciones al Levante y quiso jugar el partido en media cancha. La del rival. Con menos desgaste, los espacios tras Varane y Ramos apenas tuvieron incidencia. La presión blanca surtía efecto y el Levante, ahogado, apenas disfrutaba del esférico. Más bien era un castigo.

Los madridistas, una vez por delante, fueron bajando la intensidad del choque. Con el control del balón y sin sentir el peligro, el partido bajó su ritmo y se volvió monótono. Todo ello sin desaparecer ni Modric, ni Xabi Alonso, brújula y termómetro del Real Madrid.

Keylor Navas evita una mayor goleada

Con su mando, Caparros no encontró la tecla. Solo se pudo defender y atender al ritmo lento del Madrid. Guardando las formas y las fuerzas, los de Ancelotti iban encontrando huecos de forma mecánica. Sin embargo, todos los tapaba Keylor Navas. El tico estuvo inconmensurable y libró a su equipo de una suerte peor.

Sin capacidad de reacción, el Levante fue escribiendo su propio final. Agazapado atrás, la calidad blanca acabó por lucir en la diestra de Marcelo. El lateral recordaba de este modo lo que era marcar un gol y lo hacía mostrando tranquilidad donde otros dudan.

Tres puntos y liderato

La comodidad blanca fue in crescendoconforme el Levante, agotado, se entregaba. Con mucho partido por delante, los valencianos comprendieron su destino y dejaron de remar. El mejor escenario posible para un Madrid que olió sangre y buscó su lucimiento.

La expulsión de David Navarro solo hurgó en una herida ya mortal de necesidad. Apenas modificó la hoja de ruta de un encuentro que el Madrid nunca vio peligrar y que solo el palo y Keylor Navas evitó un resultado más abultado. En el colmo de las desdichas, Nikos encontró puerta en un despeje, firmando el tercer tanto del Madrid.

Los minutos finales trajeron consigo el lucimiento de un Marcelo más suelto, acompañado de Isco y Jesé. A pesar de la insistencia final, el resultado se mantuvo inalterable. Con una semana de descanso antes de viajar a Málaga, el Real Madrid regresa al liderato sacando 3 puntos al Atlético y 4 al Barcelona.

Así lo vivimos.