El Real Madrid se subió en su montaña rusa y le asustó las alturas, le estremeció la velocidad. Sabía de la trampa a la que se asomaba, la contienda no era sencilla y venía brisa mediterránea que sugería no ausentarse. No entró mal al partido, gozó de oportunidades y se sintió con fuerzas para doblegar al Valencia, aunque sesteó.

Alves en unas ocasiones y el desacierto en otras desbarataban las intenciones de los delanteros blancos que se afanaban en marcar el gol. Ese tanto que no solo daba ventaja, daba tranquilidad. No ayudó el partido que planteó Pizzi, rocoso en el medio y rápido arriba. Sus contras pusieron en preaviso al Bernabéu, que nunca creyó que el peligro fuera real pero lo acabó sufriendo en sus propias carnes.

El Valencia da la sorpresa y se adelanta

Tras dos grandes intervenciones de Diego López, y con el descanso a punto de decretarse, un córner hizo saltar las alarmas. El guardameta no salió al despeje y Mathieu remataba plácidamente a escasos centímetros de su arco. Demasiada pasividad defensiva para un conjunto que ansiaba con una epopeya, la victoria final liguera.

La falta de ritmo, Ancelotti, la suplió con el que más tiene en el equipo. La entrada de Di María tras el tiempo intermedio dio alas a su equipo. El estadio, que hasta entonces había visto impasible cómo su equipo no se ponía por delante, se metió en el encuentro. Los blancos hicieron de la segunda parte un terreno árido para los valencianistas sobre el que los de Pizzi incluso sacaron fruto.

Di María por Illarra al descanso

El equipo valenciano, al que aún se le veían las costuras que desgarró M’bia en el descuento el pasado jueves, aguantó los embistes. Quiso, aunque por momentos no pudo. La salida del terreno de Illarra para la entrada del argentino significó un cambio de tendencia ante lo que el Valencia reaccionó cuando menos lo esperaba.

Más ritmo, Ramos iguala

El árbitro, sin querer conseguirlo, metió al Madrid de lleno en el choque. Sus polémicas decisiones levantaron la moral cuando más baja. Un hipotético penalti, ocasiones de Isco, de Cristiano, una parada de Diego López y sendos robos de balón Ramos y Carvajal. Todos pusieron su granito de arena para dar la vuelta al partido.

Como en una reedición de Múnich, Ramos se vistió de matador y volvió a marcar. Un gran centro de Di María, con media hora por delante, fue devuelta al área pequeña por Cristiano y enviada a la jaula por el central. El empató envalentonó a un equipo que necesitó poco para encender su mecha de la heroica y se fue a por el Valencia.

Parejo aleja la Liga

El fútbol, caprichoso, quiso que el Valencia volviera a mandar en el marcador y lo hiciera con un gol de un futbolista de la casa blanca. Dani Parejo aprovechó a la perfección un balón suelto en el área para mandarla a las mallas cuando su conjunto más sufría. El partido estalló y vio a un Madrid sin respuestas, sin Liga.  El arreón final le sirvió para empatar por medio de Cristiano, pero se quedó sin tiempo para lograr la victoria.

Así lo vivimos.

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Sobre el autor
Adrián Orzáez
Editor. Redactor del Real Madrid. Licenciado en Economía y Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Email de contacto: [email protected]