El 9 de septiembre de 1985 en Zadar, Croacia, nació una estrella que años después brillaría con luz propia tras sobrevivir a la guerra. De nombre Luka, de apellido Modric. Sus padres tuvieron que recorrer 60 kilómetros para que el pequeño pudiera nacer en un hospital, pero su verdadero hogar se llamaba Modrici, situado en la región de Obrovac. Allí pasó los primeros seis años de vida, hasta que estalló la Guerra croata de Independencia (1991-1995). Entonces, los rebeldes serbios ocuparon toda la zona. Un mal día, el abuelo de Luka, de idéntico nombre, fue asesinado por un francotirador. La familia Modric temía por su vida y se vio obligada a abandonar su casa, dejando allí todas sus pertenencias. Tuvieron que marchar hacia la ciudad como refugiados de guerra. De vuelta a Zadar, donde Luka nació, pudieron permanecer en un hotel que se había convertido en un centro de refugiados. Allí, el director se fijó en cómo aquel niño rubio jugaba con el balón cada día.

Gracias a su habilidad con tan solo seis años, el pequeño Luka fichó por su primer equipo, el Zadar, y día a día tuvo que sobrevivir a los centenares de granadas que caían y a condiciones infrahumanas para poder jugar al fútbol. Su enorme talento quedó pronto demostrado, aunque su baja estatura y su poco peso le hicieron ser rechazado por varios equipos. Años después, con dieciséis, llegó al Dinamo de Zagreb, donde tras pasar por dos cesiones complicadas logró triunfar, conquistando un total de seis títulos.

Luka Modric durante un partido con el Dinamo de Zagreb | Foto: UEFA
mLuka Modric durante un partido con el Dinamo de Zagreb | Foto: UEFA

En el año 2008 el Tottenham Hotspur puso sus ojos en él y pagó 27 millones de euros para hacerse con sus servicios. Una apuesta firme por un joven futbolista croata que había formado parte del equipo ideal de la Eurocopa 2008. En Londres disputó un total de 170 partidos, logrando 17 goles y 27 asistencias. Se convirtió en un ídolo en White Hart Lane, y los grandes equipos ingleses no tardaron en interesarse por él.

El Real Madrid se cruza en su camino

La bonita historia de amor entre Luka Modric y el Real Madrid comenzó en el verano de 2012. El entonces equipo de José Mourinho buscaba al hombre capaz de dar un salto de calidad a aquella plantilla que había realizado el mejor campeonato liguero de la historia.

Tras unas duras negociaciones, el hasta entonces jugador del Tottenham Hotspur aterrizó en Madrid el 27 de agosto de 2012. Fue un verano duro para él, pues tuvo que entrenarse en solitario durante más de un mes por su deseo de llegar al club blanco.

Finalmente, el sueño del croata se hizo realidad, y no pudo ocultar su alegría en su presentación: ''Estoy muy emocionado, será un gran Luka Modric debutó con el Real Madrid el 29 de agosto de 2012honor y un orgullo representar al Real Madrid'', fueron sus primeras palabras como madridista. Solo dos días más tarde Luka debutó en el Santiago Bernabéu, ante el FC Barcelona, con victoria del Real Madrid por dos goles a uno para ganar la Supercopa de España. Primer partido y primer título para el futbolista balcánico en su nuevo club.

Modric celebra junto a Ramos su debut y primer título en el Madrid | Foto: Getty Images
Modric celebra junto a Ramos su debut y primer título en el Madrid | Foto: Getty Images

5 de marzo de 2013, Old Trafford: la confirmación

Tras unos primeros meses de adaptación en los que Luka Modric fue entrando poco a poco en el equipo, llegó su primer gran día como madridista.

El Real Madrid visitaba Old Trafford en la vuelta de los octavos de final de la Champions League. Luka Modric empezaría el partido como suplente y el conjunto de José Mourinho debía ganar o empatar por más de un gol, ya que el marcador quedó 1-1 en el Santiago Bernabéu en el partido de ida.

El primer gran momento de Modric en el Real Madrid | Foto: Real Madrid
El primer gran momento de Modric en el Real Madrid | Foto: Real Madrid

Tras una primera parte igualada en la que el United esperó atrás para salir a la contra, en el minuto 48 una jugada desafortunada acabó con un autogol de Sergio Ramos que ponía la eliminatoria cuesta arriba para el Real Madrid. Sin embargo, a los pocos minutos una acción peligrosa de Nani sobre Arbeloa provocó la expulsión del portugués. El Manchester United se quedó con diez jugadores a falta de más de media hora y José Mourinho decidió dar entrada en el minuto 58 a Luka Modric.

Con uno más, el Real Madrid se convirtió en un vendaval y al United solo le quedaba defender, pero en el minuto 66 el ilusionista croata hizo aparecer su magia por primera vez con el escudo blanco sobre el pecho. Luka Modric, que desde su entrada se había erigido como el amo del centro del campo, se sacó de la manga un disparo seco y potente que, tras golpear en el palo, superó a David de Gea e igualó la eliminatoria.

Minutos más tarde, Cristiano Ronaldo rubricó el pase a cuartos de final con su segundo gol en la eliminatoria tras un buen centro de Gonzalo Higuaín. Pero aquel día quedó grabado en el imaginario de todos los madridistas como la confirmación de un futbolista con melena rubia, elegante en el pase y de conducción exquisita. Un futbolista llamado Luka Modric, que había llegado al Real Madrid para marcar una época. Desde entonces, el mago croata comenzó a tener más participación en el equipo y se inició un idilio con la afición blanca que hoy perdura.

Temporada 2013/2014: Luka Modric enamora al Bernabéu

Con la llegada de Carlo Ancelotti al banquillo del Real Madrid se pudo ver a un Luka Modric ya adaptado al equipo, en plena madurez futbolística. Desde aquel gol al Manchester United la carrera del croata en el club blanco no hizo más que progresar en línea ascendente, y el técnico italiano encontró en él a su brújula para el centro del campo. Luka se convirtió en el corazón de un equipo que jugaba al ritmo que marcaban sus latidos

Final de la Copa del Rey ante el FC Barcelona (2014) | Foto: Dani Mullor (VAVEL España)
Final de la Copa del Rey ante el FC Barcelona (2014) | Foto: Dani Mullor (VAVEL España)

Desde el primer partido de la temporada hasta el último, el '19' levantó al público blanco de sus asientos jugando a un nivel prodigioso. Por aquel entonces ya nadie hablaba de su precio ni discutía su posición sobre el terreno de juego. El Real Madrid había encontrado a su guía, ese futbolista capaz de ver espacios donde ningún otro mortal los puede ver. La pieza insustituible del rompezabezas blanco.

El crecimiento en el juego de Modric fue absoluto. Pasó de ser un mediapunta que podía actuar como mediocentro a convertirse en un centrocampista total. Capaz de defender, atacar, dirigir, asistir y marcar el cauce de los partidos.

Aquella temporada finalizó con un córner botado por Luka Modric en el minuto 93 de la final de la Champions League. Sergio Ramos fue el autor de uno de los goles más importantes de la historia del Real Madrid, pero allí estaba el mago croata para ponerle el balón en el sitio perfecto. Justo cuando más tiemblan las piernas. El conjunto madridista consiguió su décima Copa de Europa en Lisboa en la que fue la noche más feliz de Modric con la camiseta del Real Madrid, como él mismo ha reconocido en varias ocasiones. El niño que había soñado con ser futbolista profesional acababa de alcanzar su sueño vestido de blanco.

Luka Modric con la Décima | Foto: Getty Images
Luka Modric con la Décima | Foto: Getty Images

Noviembre de 2014: el peor momento

En el inicio de la temporada 2014/2015 se pudo ver a un Real Madrid arrollador, que marchaba líder en la Liga e iba de exhibición en exhibición. El conjunto blanco estaba bordando el fútbol con Luka Modric como director de orquesta, y todo apuntaba a una temporada llena de éxitos tras vencer con suficiencia al FC Barcelona en el Santiago Bernabéu por tres goles a uno. Sin embargo, el infortunio se cebó con la piedra angular de la sala de máquinas madridista.

Luka Modric cayó lesionado de gravedad en noviembre de 2014 en un partido con Croacia y aquel Real Madrid de récord comenzó a desvanecerse, casualidad o no, desde que el balcánico dejó de aparecer cada fin de semana. En total fueron casi cinco meses sin él sobre el terreno de juego, en los que el conjunto blanco se vio totalmente perdido. La racha de partidos imbatido se diluyó y el equipo entró en una dinámica negativa que le hizo perder el título de Liga y rozar el bochorno en la Champions League ante el Schalke 04.

Luka Modric estuvo cinco meses alejado de los terrenos de juego | Foto: Dani Mullor (VAVEL España)
Luka Modric estuvo cinco meses alejado de los terrenos de juego | Foto: Dani Mullor (VAVEL España)

El futbolista croata se recuperó de su lesión muscular y reapareció precisamente ante el conjunto alemán, pero no logró tener continuidad en su juego, pues en abril volvió a caer lesionado, esta vez por un esguince de rodilla. Fue una temporada para olvidar, que finalizó con el Real Madrid sin ningún título y Carlo Ancelotti cesado. Quién sabe lo que hubiera pasado si Luka Modric nunca se hubiera lesionado aquel fatídico día de noviembre.

El reencuentro consigo mismo

La temporada 2015/2016 no comenzó de la mejor manera con Rafa Benítez al mando del equipo. El técnico madrileño llegó con ilusión al club de su corazón, pero el Real Madrid no cosechó buenos resultados durante la primera parte de la temporada y las ideas futbolísticas del entenador no convencieron. Tras unos meses convulsos, Benítez fue cesado. Al nivel de todo el equipo, Luka Modric tampoco pudo destacar en una primera mitad de campaña para olvidar. Pero en enero de 2016 todo cambió...

Zinedine Zidane | Foto: Dani Mullor (VAVEL España)
Zinedine Zidane | Foto: Dani Mullor (VAVEL España)

Con la llegada de Zinedine Zidane al banquillo blanco el positivismo y la felicidad se instauraron en el madridismo. Fue entonces cuando Luka Modric se reecontró con su mejor versión, aquella que le costó tanto encontrar a causa las lesiones y las malas rachas.

El corazón del equipo volvió a latir como siempre lo había hecho y la temporada terminó con la reconquista de Europa. El mago croata del Real Madrid conseguía su segunda Champions League con una participación muy destacada durante todo el torneo.

Luka Modric con su segunda Champions | Foto: Getty Images
Luka Modric con su segunda Champions | Foto: Getty Images

Hoy en día Luka Modric sigue siendo la misma persona que se marchó de Croacia para cumplir su sueño. Llegó al Real Madrid en el año 2012 y desde entonces se ha ganado cada uno de los elogios que ha recibido por parte del respetable del Santiago Bernabéu.

Su mentalidad le ha llevado a convertirse en uno de los mejores Luka Modric ha disputado 175 partidos con el Real Madrid logrando 10 goles, 27 asistencias y seis títuloscentrocampistas de la historia del club, pero aún le quedan muchos deseos por cumplir hasta el año 2020 con el que ya es el equipo de su vida. Sin duda, los aficionados madridistas esperan ver por mucho tiempo sus conducciones inimitables con el balón pegado al pie, sus pases con el exterior, sus potentes disparos, su melena rubia y su eterna sonrisa. Pocas noticias pueden ser más positivas para el Real Madrid que la renovación de un futbolista único e irrepetible. La magia viste de blanco, y su nombre es Luka Modric.

La magia viste de blanco | Foto: Daniel Nieto (VAVEL España)
La magia viste de blanco | Foto: Daniel Nieto (VAVEL España)