Al Real Madrid le gusta complicarse la vida. Es la naturaleza de este equipo. Nueva salida en liga, y nueva victoria. Como si no fuera más difícil sumar de tres en tres lejos del Santiago Bernabéu. Pero ahí no acaba la cosa. Y es que los de Zidane disfrutaron de ocasiones hoy. Muchísimas. Tantas que el partido podría haber acabado 1-5 fácilmente. Pero parece que no está siendo el mes más efectivo de los blancos de cara a portería, y dos palos de Pedraza, estuvieron a punto de provocar otro desastre en la casa merengue.

La tarde comenzó tal y como esta prevista: con rotaciones. "Zizou" introdujo en el once titular al fichaje que más ilusión ha generado dentro de la afición blanca este verano (Ceballos) junto a sus "hermanos futbolísticos": Isco y Asensio. Nada podría ni debería salir mal ante el peor estreno liguero de la historia de Primera División (el Alavés no había ganado ni marcado un solo tanto en todo lo que llevamos de competición). Y tenía razón.

Porque en el minuto diez, con las dinámicas todavía por asentarse sobre el verde, Ceballos recogió una pelota dentro del área, ganó el duelo con Duarte, y colocó el esférico en la esquina derecha de Pacheco. A contrapie y callando a los 19.000 aficionados blanquiazules que allí se encontraban. Pocos futbolistas son capaces de sacudir de tal manera su debut con el Real Madrid. Y ya no solo por los goles, sino por su trabajo. Al utrerano se le conocen muchas virtudes. Despliegue físico, conducción, pase, lucha, regate, magia. Pero ni sus mayores fans habrían soñado con un estreno como este.

Foto: Realmadrid.com
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Junto al andaluz, otro compañero del sur de España, se fue adueñando del partido poco a poco. Isco retrasó más que nunca su posición a la hora de construir, con el objetivo de, ante la falta de Kroos y Modric, gestionar el ataque posicional blanco. Aparecía entre Munir y Medrán para recibir justo detrás del círculo central, y a partir de ahí, con Casemiro diez metros más adelantado, comenzaba el juego blanco. Y claro, cuando Isco recibe y toca la pelota alrededor de 100 veces en todo el duelo, pues es normal que su nombre no pase desapercibido. Menudo año está firmando el de Arroyo de la miel. Espectacular.

No obstante, el Alavés plantó batalla. Un centro de Munir fue cabeceado por Manu García y golazo ante el que no pudo hacer nada Keylor Navas. Primer tanto oficial del conjunto vasco esta temporada que sirvió para poco, ya que dos minutos después, el hombre del partido volvió a perforar la portería de Pacheco. Centro de Carvajal para la pelea de Cristiano contra la defensa local, rechace que queda muerto y en el punto de penalti Ceballos guarda la pelota en un rincón. 1-2 para seguir justificando la decisión de Zidane de ponerlo como titular. Y celebración que reafirma aún más su postura de ganarse un hueco en la rotación merengue. 

Foto: La Liga
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Con la llegada del descanso, todo hacía indicar que los segundos cuarenta y cinco minutos se iban a convertir en un mero trámite para el Real Madrid. Sobre todo después de ver el control y el número de ocasiones que disfrutaron durante los primeros compases del partido. Asensio, Isco, Cristiano, Ramos. Muy pocos futbolistas blancos no gozaron de alguna oportunidad clara para marcar gol. Quizá esa relajación de que el tanto iba a llegar en cualquier momento, y el poco peligro que estaban representando los ataques del Alavés, confió demasiado a los actuales campeones de liga.

Y menos mal, porque la jornada se podría haber manchado de negro si Pedraza hubiese estado un poquito más fino en sus disparos (dos palos). Con el pitido final, el Alavés confirma su declive como equipo y el Real Madrid gana un poco más confianza de cara al vital duelo de Champions contra el Borussia Dortmund el próximo martes. El objetivo ahora es ganar todo lo que venga y esperar a que el Barça pinche. Comienza la búsqueda.