El Real Zaragoza afrontaba su segundo partido de liga en el Estadio Municipal de La Romareda en un encuentro que parecía ser fácil para sacar los tres puntos. El equipo de Natxo González consiguió adelantarse en el marcador gracias a un gol de Gaizka Toquero en un córner, pero todo cambió con la expulsión de Borja Iglesias al filo del descanso tras una supuesta agresión con el codo al portero grana. 

Los maños tuvieron que encerrarse en un campo para intentar no salir mal parados del encuentro y, ya en los minutos finales, el Nàstic de Tarragona hizo el gol del empate. Fue un encuentro marcado por la actuación del cuadro arbitral, con el que la afición local no estuvo de acuerdo en ningún momento. 

El encargado de dirigir la contienda entre aragoneses y catalanes fue Jorge Figueroa Vázquez (Comité Territorial Andaluz), ayudado en las bandas por Antonio Calero Cano e Iván Ríos Vargas, ambos del Comité Territorial Andaluz; las funciones de cuarto árbitro las desempeño Iván Caparrós Hernández (Comité Territorial Valenciano) y Luis Antonio Duro Gil fue el delegado informador. 

Como cada semana, Jesús Granel analiza la actuación del cuadro arbitral del encuentro entre el Real Zaragoza y el Nàstic de Tarragona. 

Errores

En el minuto 44, Borja hace un gesto con el brazo para ganarse la posición dentro del área en un córner. Dimitrievski se deja caer al suelo simulando un golpe y engañando al árbitro, que muestra la segunda amarilla al delantero gallego y lo expulsa del terreno de juego. Decisión errónea. 

En el gol del Nàstic, hay fuera de juego de Javi Jiménez que recibe el balón tras un pase con la cabeza de Maikel Mesa. Mikel González está apunto de dar validez a la acción, pero el gol es en fuera de juego que no señaló el colegiado.  

Aciertos En el minuto 42, el balón golpea en la mano de Diogo Verdasca. El árbitro acierta en no señalar nada, ya que viene de un rechace con la cabeza. 
Actitud y reparto de tarjetas

Es difícil dirigir un partido si los jugadores no colaboran. El engaño de Dimitrievski lastró la actuación del colegiado andaluz, que no se dejó influenciar por el ambiente ni la presión. 

Se mostró condescendiente con las jugadas de juego brusco de los jugadores visitantes, todo lo contrario que en las protestas zaragocistas donde se mostró inflexible. 

A pesar de las diez tarjetas amarillas mostradas, no realizó un buen control del encuentro. 

Aplicó con criterio la ventaja en la mayoría de las faltas, donde destacó la buena colocación de Figueroa Vázquez. 

Nota Final 

 

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Sobre el autor
Hugo Casanova
Coordinador de Real Zaragoza VAVEL Entrenador de Balonmano