Dicen de Dubrovnik que es La perla del Adriático. Una ciudad bella y estilosa, pequeña, poco más de 50.000 habitantes  y estilosa. Todo lo que sale de sus peatonales calles emana la magia necesaria que le ha hecho formar parte de la lista de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Por si fuera poco, la gran muralla de 16 torres que rodea la ciudad le aportan el aire portentoso de épocas pasadas, tanto como el Siglo X.

En lo que al fútbol se refiere, Dubrovnik se mantiene alejada del foco mediático de Zagreb o Split, ciudades capitales para el deporte rey en un país apasionado por el balompié que tiene en estas dos ciudades a sus equipos más reconocibles: el Dinamo de Zagreb y al Hadjuk Split. Fue en el primero, el equipo más laureado del país, donde dio sus primeros pasos con cierta autoridad Alen Halilovic. Nació en “la Atenas dálmata” y creció en Zagreb  donde se hizo mayor, en parte, antes de recalar en Barcelona para cumplir el sueño español. De allí a Gijón y luego Hamburgo, con más pena que gloria. Ahora, Las Palmas donde sí empieza a brillar.

Comparaciones y readaptación

Halilovic siempre ha sido un jugador con gran gusto por el toque de balón, el pase, la asistencia y el regate. Se decía de él que mantendría el duelo con Odegaard por ser la gran promesa del fútbol europeo y por la rivalidad que podría suponer en la mente de los aficionados el pasado culé del croata y el madridista del noruego. Nada más lejos de la realidad, Martin Odegaard juega para el Heerenveen en Holanda y el mediapunta amarillo disfruta de muchos minutos en un equipo reconocible de una de las mejores ligas del mundo.

Su juego se comparó por su zurda con Messi y con Modric por su electricidad

El inicio de carrera de Halilovic ha sido meteórico, tanto como la presión a la que se ha visto sometido una y otra vez. Ser la gran promesa de todo un FC Barcelona acaba pesando. Solo jugó una temporada (2014/15), siempre en el filial, y anotó cuatro tantos en la Segunda División. Su forma de jugar se comparó con Messi, por su zurda, y con Modric, por su electricidad y el hecho de ser del mismo país. Comparaciones lejanas a la realidad y nocivas, casi siempre, para un jugador tan joven.

Alen marcharía luego a Gijón (2015/16) para jugar una temporada en el Sporting, dejar detalles de calidad, ser querido por la afición y marcar tres tantos en 24 partidos como titular (llegó a jugar en 36) y todo con solo 19 años. A final de temporada tendría que marcharse, jugar el inicio de la presente con el Hamburgo y recalar de nuevo en España, en enero, como fichaje sonado de una UD Las Palmas que también traería a Jesé.  Ahora empieza a exponer sus mejores virtudes en Gran Canaria.

Lo que sí es Halilovic

El juego del croata es clase, calidad, verticalidad, estilo y belleza. Toque, regate y pase a la perfección, con la osadía que tiene el joven que se reconoce solo con el balón en los pies, pegada en la zurda como un guante. Alen no es un futbolista al uso, su cambio de ritmo y control de balón le sirven para seguir en la lista de futbolistas más prometedores del panorama internacional. Su edad, 20 años, le abren un futuro esperanzador quién sabe si en algún grande de Europa.

En la UD Las Palmas ha expuesto desde el primer día las credenciales que le colocan como titular, a priori indiscutible, si sigue en la misma línea. Partiendo desde la derecha como aquel Messi debutante en el Barça de hace bastantes años, tiene la libertad para moverse por todo el frente de ataque y confluir en la media con Jonathan Viera, de idéntica tarea partiendo desde la otra banda.

El '20' de Las Palmas tiene presente amarillo y el futuro, que pinta en gris para el equipo con la marcha de Setién, podría estar lejos de la isla. Se sabrá en verano, si no antes, como se conocerá también si hay desbandada de 'cracks' como Roque o Lemos en un próximo mercado que se presume movido en Gran Canaria.

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Sobre el autor
Víctor García
Coordinador de Primera División y UD Las Palmas. Antes en Inglaterra VAVEL. Hombre de radio. Tenerife.