Las Palmas afronta su tercer curso consecutivo en la élite del fútbol español con la ilusión renovada. Quique Setién dijo adiós al banco y Manolo Márquez se hará cargo del mismo. Mientras unos van y otros vienen, sobresale la figura del de siempre; la pieza imprescindible para cualquiera que se precie a construir la pizarra amarilla: Jonathan Viera. El futbolista insular nació y creció en las categorías inferiores de la Unión Deportiva, debutó con el primer equipo y, cuando vio la oportunidad, quiso probar suerte. 

Paso por las filas de equipos nacionales como Valencia o Rayo Vallecano. Incluso traspasó las fronteras españolas y recaló en las pintorescas calles de Bélgica. Allí jugó en el Standard de Liege, pero tampoco se adecuó a sus características. Fue entonces cuando Viera sintió la añoranza de su tierra, aquella en la que había descubierto qué era un balón. Miguel Ángel Ramírez, presidente de la entidad, se puso en contacto con él. La operación acabó fructificando y regresó al equipo de sus amores

El que todo lo ve

Jonathan Viera es un jugador diferente en una era en la que el fútbol está sufriendo una importante transformación. El deporte, que un día estuvo diseñado por y para la clase obrera, ha terminado por quedar en manos de quienes buscan obtener beneficio a cualquier precio. Suelen distinguirse dos maneras de valorar el fútbol: la diversión y la rentabilidad. Viera es más afín a la primera de estas formas. Y no hay más que ver sus dotes. Como si jugara en el barrio, sin la presión a la que hoy en día se somete a los jugadores de élite.

El de La Feria llegó a Las Palmas y logró el ascenso a Primera División, donde siempre había soñado con vestir la zamarra amarilla. A partir de entonces, su evolución fue notoria. Además de su evidente desparpajo y la magia que atesora en sus botas, pasó a ser un elemento disciplinado y perfectamente engrasado dentro de un sistema. Así lo consiguió junto a la mano de Quique Setién, su mentor en el aspecto táctico. Así adquirió los fundamentos que le permitieron ganar en inteligencia sobre el terreno de juego. 

Abarcaba todas las zonas del campo, sin olvidar que su parcela de confort se encuentra más cerca del área. Allí se desenvuelve como pocos lo han hecho en el Estadio de Gran Canaria. Su solidaridad y compañerismo, asimismo, le convierten en un líder dentro del verde. Un capitán que ha ganado en madurez y se ha asentado como estrella de un conjunto de Primera. Y lo ha logrado haciendo caso omiso a las polémicas extradeportivas y haciendo gala de una exquisita profesionalidad.

El hilo rojo del destino

Cuenta la leyenda, según los japoneses, que las conexiones entre las personas están predestinadas por un hilo rojo que los dioses unen a los dedos meñiques de quienes se encontrarán en algún momento de su vida. Da igual el lugar, el tiempo o las circunstancias. Eso sí, el hilo puede sufrir alteraciones, pero nunca romperse. Algo similar ha sucedido con la historia de Jonathan Viera y Las Palmas. Se separaron durante casi tres años para volverse a ver y escribir la segunda parte de una bonita aventura. 

Se ha hablado de la posible marcha del futbolista grancanario a equipos en los que su salario se podría llegar a duplicar. El 'crack' amarillo ha esgrimido que su deseo es quedarse en la isla y sentirse valorado por la afición y por el club. Solo de este modo podrán llenarse más páginas en común a lo largo de los próximos años. A sus 27 años, Viera sabe que su casa deportiva se encuentra en el mismo sitio que su hogar y que ambos confluyen en su corazón. 

La doble 'V' promete espectáculo... durante cuatro meses

Lo esperaba como seguro que aguardaba la llegada de los Reyes Magos la noche del 5 de enero. Cuando se abrió la posibilidad, las buenas vibraciones fluyeron y no tardaron en hacerse visibles. Una jugada entre Atlético de Madrid y Las Palmas, tildada de extraordinaria por unos y de desafortunada por otros, Vitolo acabó saliendo del Sevilla rumbo al club colchonero, previo paso por la Unión Deportiva hasta enero de 2018.

La dupla formada por Viera y Vitolo vuelve a ser realidad cinco años después. Dos de los futbolistas más prodigiosos que han brotado de la cantera amarilla durante los últimos años podrán hacer de las suyas de nuevo. Como ya lo hacían cuando iban al colegio, pero esta vez en Primera División, en plazas históricas del fútbol español. La conexión ha empezado a dar sus frutos durante la pretemporada, si bien todavía quedan cuatro meses de espectáculo por delante. 

Viera sabe que el idilio con su 'hermano futbolístico' será efímero. Se asemejará a ese amor de verano, corto pero intenso. Ya se dice que la variable tiempo no influye en la vehemencia con que azotan los sentimientos. No obstante, el mago de La Feria tendrá que aprender a convivir con la ausencia de su gran amigo, todavía con el sabor a polvorón en la boca. Hasta entonces, Gran Canaria tiene vía libre para disfrutar.

VAVEL Logo