Se cierra el telón, y la afición del Valencia vuelve a tener héroe. No obstante, no es ninguno de los jugadores -tal vez Zaza o Soler lo serían, mas no es el caso- el condecorado. Tampoco lo es ni Ayestarán, ni Prandelli, quien eso sí, disparó verdades tan evidentes como dolorosas. Como ya ha pasado en alguna ocasión, al final de la temporada, el nombre propio en el Valencia ha sido un empleado. No uno cualquiera, sino ese delegado nacido en Alcúdia y que no teme al banquillo de Mestalla. Que nuevamente, ha tomado las riendas, y que nuevamente, logró mejorar al Valencia. Que se despedirá de su función de entrenador tras ser oficial ya la llegada de Marcelino. No es otro que Voro. 

Marcos Pous | @mpouscas​

 "En un club que se sentía huérfano, Voro se alzaba como la figura donde el aficionado podía depositar su confianza."

Salvador González “Voro” ha tenido que ponerse el mono de trabajo en cinco etapas diferentes para dirigir al club de toda su vida y, haciendo honor a su nombre, salvarlo de las complicadas situaciones en las que se ha encontrado. De todas ellas, sin lugar a duda, la más preocupante y complicada ha sido esta última en la que ha estado en primera línea de infantería durante una vuelta completa. Una vez ha pasado la tormenta, se puede echar la vista atrás y rescatar su momento más delicado e importante.

Ése no fue otro, que el partido en Navarra contra un colista Osasuna, tras empatar a tres goles en los últimos minutos con penalti fallado incluido. En un club que se sentía huérfano tras las huídas de los dimitidos Cesare Prandelli y Suso García Pitarch, la ausencia del propietario Peter Lim y la desconexión total de Lay Hoon Chan, Voro se alzaba como la figura donde el aficionado podía depositar su confianza.

Fuente: Valencia CF
Fuente: Valencia CF

Nada más hay que ver, lo dolido y hundido que estaba en las declaraciones postpartido, mostrando así su sentimiento sincero de preocupación por el club de toda su vida. Y ése hombre, que como todo valencianista, temió al ver a su equipo en una situación tan caótica, consiguió reponerse y levantarse, dándole la vuelta a la situación y sacando el equipo adelante mediante sentido común, mano izquierda, mucho trabajo duro y demostrando un buen nivel de conocimientos futbolísticos.

Por todo esto, es una gran noticia su continuidad en el club con un cargo relevante y de importancia de cara al futuro, como también lo es todo homenaje que se le pueda dedicar al hombre que siempre antepuso los intereses del Valencia a los suyos propios.

Gerard Escribano | @gerardeg11

"No hay ché que deba no respetarlo, todo conjunto necesita una institución, y Voro es una para éste."

Ha sido un año difícil para el valencianismo. Con un equipo demacrado a nivel institucional, y deportivamente apuntando a la catástrofe, era imposible no temerse lo peor. No obstante, logró la situación mejorar ligeramente, aunque no para llegar a dar el rendimiento adecuado, en diversos ámbitos. Por ahora, sigue Mateu Alemany rodeado de empresarios, y tratando con Alesanco de sacar adelante el equipo. Pero el nombre propio en Mestalla es otro. Y no es un jugador, a pesar de que alguno se escapa de las críticas y merece incluso ser de elogiar. Es, una vez más, Voro, que ha sido entrenador del Valencia durante más de una vuelta.

Es complicado expresar o definir lo que este hombre ha representado para la afición blanquinegra. ¿Cómo puede ser que el delegado acabe siendo el que salve al equipo? Es una persona que ni siquiera forma parte del cuerpo técnico que conformaron Ayestarán o Prandelli. De ahí, primero lo excepcional de la hazaña, y luego, por el lado negativo, la ineficiencia de la planificación del Valencia.

El caso es que el de Alcúdia ha demostrado, una vez más, ser una persona que desborda valencianismo. No hay ché que deba no respetarlo, por lo que ha hecho por el equipo, y por lo que representa del mismo. No es ninguna locura, todo conjunto necesita una institución, y Voro es una para éste. No lo es tampoco compararlo con Albelda, David Villa o Mendieta. Puede ser extraño, pero no descabellado. Todos ellos representaron algo grande, serán recordados –meritoriamente, por supuesto- y siempre bienvenidos en Mestalla. Y una persona que rechaza una prima en caso de salvar al equipo, un aumento de sueldo, y que a cambio de hacer el trabajo de otros, solo pide que se garantice su continuidad en el equipo, ¿acaso no merece tanto o más respeto? Porque no es la primera vez que lo hace, además.

Fuente: Valencia CF
Fuente: Valencia CF

Así pues, con la esperanza puesta en que llegarán tiempos mejores, lo mejor que se puede esperar es que no necesite nunca más el Valencia recurrir a Voro. Será señal de que habrá vuelto al sitio que le corresponde, o que estará cerca de hacerlo. Mientras tanto, el de Alcúdia podrá echar atrás la mirada y sentirse satisfecho. En Mestalla, ya es leyenda.