La actualidad deportiva del Santo correntino se explica en una conjunción de cosas: la buena gestión de la dirigencia que permite que el cuerpo técnico y los jugadores puedan trabajar tranquilamente y, sobre todo, concentrados en conquistar la meta máxima. Toda esta sucesión de acciones es fruto de un proyecto que trasciende las estructuras basquetbolísticas y llega a un estadío sociopolítico. Sin la necesidad de irse de tema, este buen momento está alineado con el presente de otros equipos como Regatas (gran labor en la Liga de las Américas) y Comunicaciones. Esto lleva a pensar que la provincia, desde el punto de vista deportivo, está pasando por uno de sus mejores momentos.

Entre las cosas que más se pueden valorar de las personas que llevan los hilos de San Martín es la apuesta por Sebastián González y lo pudo mantener, más allá de las derrotas, las vejaciones, las victorias, la eliminación en playoffs y aquella final de Conferencia Norte que sostuvo con Regatas Corrientes y que, finalmente, el remero se lo llevó causando así una gran frustración en el conjunto rojinegro. A partir de esta confianza depositada a González, el técnico cordobés respondió con creces porque fue práctico e ingenioso para traer los jugadores que el mismo sabía que se iban a adaptar a su estilo de juego. Incluso los nombres se repiten temporada tras temporada como Jeremiah Wood, Matías Lescano y Reynaldo García. A ellos se suman Jonathan Treise, Justin Keenan, Federico Aguerre, Leonardo Mainoldi, Lucas Faggiano y otros más.

Ese estilo de juego, que de hecho se fue cristalizando partido a partido, contagió a toda la hinchada y eso generó que el Palacio Rojinegro fuese una caldera, una fortaleza y un establo difícil de luchar. La presente temporada indica que San Martín se ubica segundo en la tabla de posiciones, detrás de San Lorenzo (bicampeón), con 16 partidos ganados y 6 encuentros perdidos. Esa es apenas una parte, un fragmento del libro que los jugadores mesopotámicos escriben dia a día en la veloz y dinámica Liga Nacional.

A la hora de hablar del juego, San Martín se destaca por tener variantes en el ataque: triples, uno contra uno, juego interno, buen uso de las cortinas, administración de la pelota y multiplicidad de puntos en la mano de cada uno de los jugadores. Ni hablar de los rompimientos que originan Lucas Faggiano y Reynaldo García que parece una bestia indomable cada vez que se predispone a atacar el cesto contrario. En la faz defensiva, los correntinos hacen valer las ayudas defensivas, las coberturas y el tremendo boxout (rebotes defensivos). Los jugadores son solidarios y llegan a todas las pelotas, lo que habla las claras de una buena preparación física. 

Esta marca registrada apareció en todo su esplendor durante el partido contra Peñarol. El goleo repartido fue una moneda corriente y se expresó a través de las buenas tareas del cubano Reynaldo García que anotó 11 puntos, Lucas Faggiano 13 unidades, Jeremiah Wood 14 puntos, Justin Keenan 14 tantos y Jonathan Treise con 12 sumaron para la victoria ante el conjunto marplatense. En el milrayitas, que no contó con la presencia de Kyle Lamonte, el goleador fue Nicolás Gianella con 24 puntos, seguido de cerca por Scott Pettigrew con 10 unidades, al igual que Martín Leiva. De esa manera los mesopotámicos se quedaron con el juego y ganaron 89 a 77

Todavía falta para que culmine la fase de la Liga Nacional y todo indica que San Martín terminará entre los primeros cuatro equipos. Y ahí estarán los playoffs que lo esperarán con los brazos abiertos para buscar la revancha y pelear por una chance de quedarse con la máxima corona de la Liga Nacional.

Las estadísticas del partido contra Peñarol