Mundial nuevo, responsabilidad nueva. Con el agregado de ser los dueños de casa, los españoles tenían una, a priori, fácil parada inicial para arrancar el torneo: Irán, uno de los que parecen ser los más flojos de todos los participantes. Desde Granada y con todo el público local a su favor, parecía aún más sencillo. Ninguna estrella a destacar en el conjunto oriental y demasiadas en el europeo; desde los Gasol en la pintura hasta perimetrales como Rubio, Navarro o Rodríguez.

Naturalmente, los españoles salieron a comerse al rival para sentenciar la contienda lo antes posible y darles descanso a los titulares para el partido de mañana. Pero, como no era de esperarse, Irán no se quedó atrás y hasta llegó a estar arriba en los primeros segundos del marcador por 6-4. Un simple dato de color que se empañó a medida que avanzaron los minutos. España jugó a ser España y no pudieron pararlo.

Sin embargo, jugaron a media máquina, sin demostrar todo su potencial, sin desgastar a sus jugadores. Pau Gasol fue el líder del equipo en las planillas, el motor para que España gane este fácil encuentro. El nuevo jugador de los Chicago Bulls terminó con 33 puntos, ayudado por su hermano Marc en el rubro de rebotes (finalizó con 10 unidades). Sumados a la participación de Victor Claver, hicieron que ni siquiera tenga minutos Ibaka, sólo servirían para agotarlo.

En el equipo iraní, Kamrani sorprendió a toda Granada con sus triples o sus flotadoras. 18 puntos concretó el base que fue la principal pieza de ataque junto a Haddadi que, sobre la pintura, realizó una difícil tarea de incrementar el marcador (16 unidades) y colaborar con rebotes (15).

La fecha seguirá mañana domingo donde España también será el encargado de cerrar la jornada (a las 17, hora argentina) enfrentándose a otro rival de calibre bajo: Egipto. Irán, por su parte, disputará su encuentro frente a Brasil cuatro horas antes.