Cuando Pablo Prigioni llegó a Los Ángeles Clippers en el último receso de verano, en seguida nació la incógnita de su participación en el equipo conducido por Doc Rivers. Claro, no es fácil competir con el hijo del técnico, aunque hay que reconocer que sabe aprovechar y producir los minutos que tiene en cancha, como lo es Austin y, mucho menos, con uno de los mejores bases de la NBA que es Chris Paul. Sin embargo, esos méritos no son razonables para que el cordobés sume su segundo partido sin siquiera visitar el banco de relevos, y más teniendo en cuenta lo que pudo aportar en los pocos minutos que tuvo en cancha cuando el entrenador lo dispuso.

Lo cierto es que Prigioni volvió a ver a su equipo desde las gradas, como ya le había ocurrido hace dos días cuando los Clippers vencieron a los Kings de Sacramento. Y seguro Pablo se moría por estar en el parquet flotante del Staples Center y transmitir un poco de calma, sabiduría y experiencia que tanto frutos le han brindado a lo largo de su carrera, porque los locales, a pesar de ir en gran parte del cotejo por encima del marcador, jamás frenaron el balón y, en cambio, entraron en el juego vertiginoso, rápido y de pocas posesiones dispuesto por Phoenix Suns.

Finalmente, y a pesar del mal juego de anoche, los Clippers se adjudicaron la victoria 102-96 gracias al doble-doble con 22 puntos, 10 rebotes y 2 asistencias de Blake Griffin. Además, el equipo de Los Ángeles sigue invicto y líder de la zona oeste con cuatro victorias en misma cantidad de partidos disputados.  

Además de Clippers-Suns, anoche disputaron sus partidos pertinentes: Oklahoma City Thunder 105-110 Houston Rockets, Cleveland Cavaliers 107-100 Philadelphia 76ers, Milwaukee Bucks 103-96 Brooklyn Nets, Portland Trail Blazers 106-101 Minnesotta Timberwolves y Memphis Grizzlies 69-119 Golden State Warriors.