Renos, kilos, arrugas y algunas canas fueron las cosas que le faltaron al barbudo James Harden que, en el penúltimo partido de la jornada Navideña de la NBA -la más importante y emblemática por la importancia de cada uno de los duelos-, le dio el regalo a los fans de Houston Rockets al derrotar a uno de los mayores aspirantes al anillo como los San Antonio Spurs 88-84 en casa.

El cotejo comenzó sumamente dominado por los locales; con un parcial de 6-0 en apenas pocos segundos, la franquicia local supo imponer las reglas que se llevarían a cabo el resto del partido. Sin embargo, tras varias imprecisiones y bombas de ambos lados, los locales terminarían adjudicándose la primera decena 25-22.

El segundo cuarto sería lo opuesto al primero. Los conducidos por Gregg Popovich salieron al parquet del Toyota Center con la mente puesta como quien desea estirar una racha de siete partidos invictos. Y, con una gran defensa y trasladando lo producido en un costado de la cancha al otro lado, se terminaron llevando claramente el primer tiempo 43-38.

En el tercero la situación no sería determinante para ninguna franquicia, porque ninguna de ambas lograron sacarse diferencias en un juego sumamente vertiginoso.No obstante, en el último cuarto de la noche apareció Santa Harden: luego de tener un primer tiempo nefasto (5 puntos) logró, en el segundo, sumar  15 (6 de ellos consecutivos para enterrar las ilusiones de los Spurs), y darle la victoria a su equipo 88-84.

Emanuel Ginóbili, ¿habrá sido su última jornada Navideña?, aportó 9 puntos, 6 rebotes, 3 asistencias y un robo en poco más de 25 minutos en cancha. En tanto, el goleador de los Spurs fue, nuevamente, Kawhi Leonard con 20 unidades, 7 recobres, 4 asistencias y 5 robos.

Ahora los texanos, que tienen récord 25-6, volverán a jugar este sábado cuando reciban, en el AT&T Center, a Denver Nuggets (12-17) a partir de las 22.30.