En una noche en la cual San Antonio debía ser, por una cuestión nétamente de equipo, consistencia, ubicación en la tabla de posiciones, experiencia y candidato, el ganador de la noche, los de Gregg Popovich ausentaron todos los fantasmas y consiguieron la victoria número 51 de la temporada y, de esta forma, seguir manteniendo el invicto en tierras propias cuando cada vez falta menos para los playoff y, también, el duelo clave ante los Warriors en la fortaleza texana, el próximo 19 de Marzo. Ojo, seis días antes recibirán a los Thunder en la misma área.

Lo cierto es que sin lugar a dudas Popovich ya tiene en mente ese juego próximo ante Golden State, porque ese mismo podría determinar para qué están sus dirigidos. Claro, luego de perder por goleada hace unas semanas, Gregg reconoce que en ese cotejo se perdió lo que él mismo pregona. Por eso San Antonio, ante Detroit, demostró una defensiva férrea, con un gran Leonard, y un juego con mucha paciencia cuando debía hacerlo y, al mismo tiempo, saber correr y soltar la bola a tiempo cuando debían hacerlo. Si los Spurs quieren confiar más que nunca en sí mismos, los juegos previos al más esperado de todos deben ser casi perfectos.

Por eso los Spurs, en su victoria 97-81 ante Detroit, no se lucieron del todo, pero demostraron que, con todos sus jugadores en buen estado (falta Ginóbili por lesión) vuelven a dar de qué hablar en la NBA y, nuevamente, hacen que el duelo ante los del increíble Stephen Curry sea de lo más esperado en una temporada regular en la historia de la Liga.

Ahora, San Antonio volverá a ver acción la noche del jueves cuando visite en New Orleans, a los Pelicans de Anthony Davis, cuyo registro está en 23-36.