Increíble. Inadmisible. Reprochable. Insólito. Bronca. Póngale el adjetivo calificativo negativo que desee, lo de los jueces en la serie entre San Antonio y Oklahoma tiene un claro beneficiado: el City Thunder. De más está decir que no se quiere juzgar la veracidad de los árbitros, pero sí se pone en tela de juicio su capacidad de observación y comprensión del juego en los momentos clave. Sí, la NBA lo hizo de nuevo.

Ya había ocurrido en el juego dos. En aquella oportunidad, los azules debían reponer de costado, luego de un minuto propio pedido. Dion Waiters, encargado de poner el balón en cancha, le realiza a Emanuel Ginóbili un (demasiado) visible empujón para poder otorgarse el espacio demasiado para poder hacer rodar la pelota. Lo que viene después es historia conocida: Green recupera y Mills desperdicia un triple de los que suele meter frente al aro.

En cambio, lo de este juego, el quinto y no menos importante, fue algo distinto pero que tuvo de denominador común al mismo perjudicado. Nuevamente fue Waiters el que tuvo la responsabilidad de meter el balón en juego y, otra vez, era Manu quien debía marcarlo. Faltaban 9 segundos para que acabe el partido, cuando Westbrook, rápido como pocos en la Liga, corta muy cerca de dónde se debía reponer, recibe y, en ese instante, Leonard le realiza una clara infracción que fue totalmente obviada por cada uno de los árbitros. No caben dudas que, una persona no vidente y sentada en el living de su casa a 15000 kilómetros de distancia, se daba cuenta, a través del ruido del golpe intencional, que ese era falta. En lugar de cobrar lo que era una infracción obvia, los tres inadmisibles dieron continuidad; Westbrook anotó y, además, tuvo un tiro bonus de una supuesta falta de Aldridge que, para colmo, jamás existió. La ventaja ya era demasiado para lo que quedaba. El 95-91 final golpeó en todo Texas.

Gino, que intentará ganar en el juego 6 el próximo jueves o, en cambio, ese podría haber sido el último encuentro suyo en el glorioso AT&T Center, anotó tan sólo 3 puntos, 2 rebotes y 2 asistencias en 19 minutos. El goleador fue el protagonista de la jugada polémica: la pesadilla Russell con un doble-doble gracias a 35 unidades y 11 recobres.

La jugada final: