En razón del tercer partido de la ronda preliminar de básquet de los Juegos Olímpicos, Argentina debió medirse ante Lituania en un partido de lo más cerrado, que terminó en favor de los europeos.

Con dos tantos de Manu, un doble de Scola y un triple de Facu Campazzo, la selección argentina abrió el marcador. Pero los lituanos se asentaron en el parqué de manera tal, que tomaron el liderazgo en poco tiempo y se extendió durante la totalidad del cotejo.

Con un quinteto decisivo, la naranja comenzó a rodar. En principio se trató de resistir el juego lituano desde adentro, mientras Manu buscaba penetrar y conseguir la falta, quien luego se mostró impreciso. El marcador indicó una lucha cabeza a cabeza, para que después sea la albiceleste la que trastabille desde el inicio. La salida del campo de juego de Manu, Chapu y Luifa, la selección argentina quedó sin conversión, lo que llevó a que los de Europa concreten un parcial de 13-3, obligando al Oveja a replantearse la salida de los experimentados, por lo que Nocioni y Scola volvieron al terreno. Los números no fueron para nada inspiradores: 33% de cancha (11/33), y en rebotes 27-16. El cansancio físico recién comenzaba a notarse, lo que fue punto óptimo para los de Lituania.

La segunda mitad fue más bien sistemática; el Alma comenzó con certeza y en busca (y logro) de faltas que dilaten aún más la distancia, pero poco fue. Si bien Argentina inició con una intensidad de juego diferente y favorable, que se traducía en el tanteador, Lituania no dejó de tener su esquema categórico. Mientras Kuzminskas fue imparable y le hacía mucho daño al seleccionado del Oveja, los argentinos no dejaron de errar tiros, ni tampoco supieron aprovechar las faltas cometidas sobre ellos. Durante unos minutos, los argentinos fueron testigos de cómo la pelota rebotaba en el aro y no entraba, de manera reiterada; sin más, del lado lituano, la efectividad y precisión superó ampliamente las de Argentina. Fueron superiores en todo momento, incluso en aquellas ráfagas que los nuestros tuvieron y pasaron al frente, pero el juego de Lituania se vio casi perfecto, a rastras de la gran cantidad de errores ofensivos y defensivos que presentó su rival.

El último cuarto no parecía ser diferente. Fue una batalla cuerpo a cuerpo en el que Lituania seguía siendo superior. Sin embargo, la hinchada argentina se hizo oír desde el primer minuto en el Carioca 1 y los jugadores sintieron el calor de como si jugaran en casa, por lo que el parqué estaba en llamas. Con un parcial de 12-0, Argentina lideró 61-59, obligando a Kazlauskas a pedir tiempo muerto. Aún quedaba poco más de la mitad por disputarse. Kuzminskas, Kalnietis y Maciulis se adjudicaron las miradas de los espectadores, siendo los responsables de llevar a los suyos al triunfo. Kalnietis cerró un parcial de 10-1 y la resignación albiceleste ya se palpitaba. A poco del cierre, Hernández pidió tiempo muerto y buscó que los jugadores apuesten al Chapu y a Scola, además de buscar la falta, pero los tiros fueron la pesadilla de los jugadores esta noche.

Los europeos se llevaron una gran victoria, pero aún queda camino por recorrer hasta los cuartos de final.

El máximo anotador de la noche fue Kuzminskas con 23 unidades, mientras que del lado argentino, fue Ginóbili con un tanto menos que el lituano.