Otro paso victorioso para el milrayitas, en esta ocasión, visitando el sur frente a Hispano Americano. No mostró el mejor rendimiento pero fue preciso a la hora de cerrar cada periodo. Por su parte, el celeste sufrió ese grave error y sumó otro dolor de cabeza en un arranque impensado para el conjunto de  Bernardo Murphy.

Ambos llegaban a este encuentro con rachas. El local venía de tres sin poder ganar, San Lorenzo,  Quilmes y el mismo Peñarol, fueron los antagonistas. Del otro lado, todo era color de rosas. Tres jugados tres ganados.

 En el cotejo entre sí, la diferencia fue apenas de un doble, aunque los de la “feliz” tuvieron siempre el tanteador en su poder. En el match de esta noche, Hispano contó con las mejores situaciones pero la frialdad de Peñarol fue el peor enemigo.

El primer periodo no tuvo grandes despliegues, ninguno tomó distancias sobre del otro. El base, Jonatan Treisse  aportó de cinco puntos y dos asistencias, seguido de Jarred Shaw con cuatro y Cedric Mc Gowan con tres. En la visita, Roberto Acuña y Leonardo Gutiérrez hacían de las suyas con seis puntos cada uno, este último con efectividad desde la línea de tres. Ambos se iban igualados en 19.

El segundo periodo mostró una amplia ventaja inicial de los santacruceños. Fueron dueños de la mayor escapada luego de efectuar un parcial de 11-0 (31-19). Más de cuatro minutos sin anotar estuvo la visita que recuperó la memoria con un doble del ex Ciclista, Roberto Acuña (17). La diferencia llego a ser de trece puntos, pero en los minutos finales Hispano se desenfocó y dejó que el rival recorte (39-38).

Peñarol cambió totalmente el chip, se sostuvo en partido, atacó y defendió con más regularidad. A falta de tres minutos para que se vaya el partido, se adelantó por siete puntos mediante a buenas acciones del escolta, Rob Reed (20).

El celeste no lograba reponerse de la ventaja que había dejado escapar hasta que una buena maniobra de Jarred Shaw en el poste y dos triples fugaces de Kyle Austin le devolvían la ilusión (67-66).

Entraron al último minuto y medio igualados en 72. Ahí fue donde la frialdad y el envión anímico por las tres victorias consecutivas, aparecieron. El milrayitas cerró su aro y aprovechó las visitas a la línea de libre para sellar su cuarta victoria al hilo.