La noche del sábado tuvo todo tipo de emociones para los fanáticos de Denver. El equipo tuvo un momento de nostalgia con el retiro de la musculosa número 55 en honor al pívot, integrante del salón de la fama de la NBA, Dikembe Mutombo; pero esto fue acompañado de alegría por el debut de la franquicia como local; y hasta hubo un momento molesto producto de un corte de luz en el último cuarto que demoró la acción por media hora.

Y entre tantas sensaciones, el dueño de casa desperdició una ventaja de ocho puntos en el último minuto para que Portland lo supere en tiempo suplementario 115-113.

Después de un gran juego ante una de los franquicias que se perfila como potencias en el oeste, Denver no pudo cerrar su gran actuación como quiso. El equipo supo atacar la pintura con Mudiay, Barton y Jokic, entre otros, durante los primeros 47 minutos con gran efectividad, pero hizo absolutamente todo mal en el cierre para desperdiciar una chance dorada de ganar antes de tener cinco encuentros fuera de casa.

Dos pérdidas, un tiro apurado de Gallinari y un 0-2 desde la línea de tiros libres, sumadas a flojas defensas, permitieron que Portland se mantenga a flote con Lillard y McCollum. Después de encontrarse 96-104 con 55 segundos en el reloj, el base sumó un triple, luego el ayuda completó una acción de dos y uno, y Lillard concretó un alley-oop sin marca con 2,1 en el reloj para igualar la historia en 104.

Si bien Denver hasta tuvo la ventaja en el suplementario, un controversial bloqueo de Lillard seguido por una gran flotadora sobre Faried le dio a Portland el triunfo por 115-113. El base cerró su actuación con otra excelente acción para dejar en claro que nuevamente quiere pelear por el premio al MVP: 37 puntos, siete asistencias, cinco rebotes y tres robos en 41 minutos para ser la figura de la cancha.

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