En el mítico TD Garden, los Golden State Warriors llegaron a la décima victoria consecutiva tras vapulear a los Boston Celtics por 104-88. De esta manera, el equipo de San Francisco se posiciona segundos en la Conferencia Oeste. A esta altura, el local tenía planeado tener un mejor récord que seis triunfos e igual cantidad de victorias, aunque las irregulares presentaciones lo depositan en el sexto lugar del Este.

Uno de los puntos clave de esta victoria fue la vuelta de Klay Thompson (28 puntos), una de las estrellas que hasta el momento estaba apagada. En los Celtics, Isaiah Thomas volvió a ser el máximo goleador con 18 unidades.

En medio de una lluvia de insultos para Kevin Durant por parte de los aficionados de Boston, ambas franquicias se encontrarían con una tremenda paridad en el primer cuarto, con Marcus Smart y Thompson desde la línea de tres y varias pérdidas por parte de los dos. Con un buen goleo, los Warriors comenzarían el segundo acto con una pequeña ventaja de dos (29-27).

La dupla Durant-Thompson, más la aparición de Stephen Curry, comenzaban a dañar a la defensa del equipo de Brad Stevens, aunque estos tenían a un Thomas afiladísimo y cerraban el primer tiempo por ocho abajo (56-48).

Tras la salida de los vestuarios, los Celtics se encontraron en un oscuro abismo con 2/16 en tiros de campo, logrando tan solo 9 puntos en todo el cuarto. La otra cara de la moneda fue la de Golden State, que encestó todo lo que tiró, concretando 31 tantos.

Todo estaba cerrado y el cuarto final se jugó para cumplir con el reglamento. Los de Steve Kerr se relajaron, convirtieron 18 puntos, contra los 31 de Boston pero el resultado ya estaba definido.