De a poco el letón Kristaps Porzingis empieza a ser cosa seria en la NBA. Luego de una sorpresiva elección de los Knicks en 2015, el europeo calló las críticas con un gran primer año volviéndose una de las grandes joyas que tiene la liga más importante del mundo. En esta temporada 2016/2017, el interno que se desempeña en La Gran Manzana elevó su nivel y se proyecta como una superestrella.

Sus cualidades nuevamente quedaron demostradas este domingo por la noche cuando Nueva York visitó a los Lakers. El interno tenía un duro cruce con Julius Randle (17 tantos y 10 rebotes), pero estuvo por encima de las expectativas marcando el ritmo en todo espacio posible. En ataque fue el goleador de la noche con 26 puntos, mientras que en defensa sumó siete bloqueos y se quedó con 12 rebotes en los tableros para un doble-doble valiosísimo que dio el triunfo 118-112.

Sin embargo, no sólo las estadísticas muestran su desempeño, sino el mismo hecho de jugar al pick and pop. El europeo mostró su condición continental, desgastándose en cada posesión para ayudar a los bases Rose, Lee y Jennings –este último desde el banco-. Así generó espacios tanto para sus propias anotaciones, como la de sus compañeros, que combinaron 60 puntos, siendo el ex Chicago el más consistente con 25 tantos y un letal 12-16 de campo.

Más allá de la buena producción visitante, los Lakers nunca se rindieron. Estos jóvenes representantes de la histórica franquicia californiana dejaron un buen sabor de boca más allá de la derrota con actitud, buenas defensas y un ataque consistente. Deng acertó cinco bombazos para 22 puntos, mientras que Williams aportó 24 tantos con un constante encare desde el banco.

La gran falencia del local fue el lanzamiento externo. Más allá de la buena producción de Deng (5-8), el resto del equipo acertó en tan sólo cinco de sus diecisiete lanzamientos, lo que le dio al conjunto neoyorquino su 14° triunfo en la temporada.