Con la clasificación a los playoffs asegurada, los Golden State Warriors disputan el resto de los encuentros de la temporada regular simplemente para cumplir con el fixture. Una victoria más no cambia el panorama de un equipo que va primero con 52 ganados y 12 derrotas, pero una abultada caída, sumada a una pobre presentación, encienden las alarmas.

Es que ante los Boston Celtics, en el Oracle Arena, los dirigidos por Steve Kerr mostraron una cara totalmente opuesta de lo que usualmente se ve en cancha. Los triples, algo que abunda en Golden State, no apareció: apenas encestaron 6 sobre 17 intentos. Ni siquiera sobrepasaron la barrera de los 100 puntos, algo a lo que acostumbran cada noche. Y, además, Stephen Curry y Klay Thompson sí tuvieron un buen partido (48 puntos entre ambos), pero la poca efectividad de sus compañeros fue brutal a la hora de sumar puntos.
En Boston,  Isaiah Thomas volvió a concretar 20 o más tantos (25), seguido por el canadiense Kelly Olynyk (17).

Los 12 finales fue lo peor de la velada: 4 asistencias y 8 pérdidas para unos Warriors que vieron apagarse a los Splash Brothers y surgir la figura del chiquitín Thomas. Ahora, con esta derrota, el primer puesto en el Oeste pende de un hilo: los Spurs están a un partido de arrebatarles el liderazgo de Conferencia, y se miden este sábado en el Oracle.