No hubo lugar para la hazaña. Weber Bahía ya había hecho historia al clasificar a la gran final del torneo más importante del continente con apenas seis años de vida. Tras superar la dura prueba del Fuerza Regia, el siguiente objetivo no sería sencillo. Enfrente estaba uno de los mejores equipos de Venezuela y América, Guaros de Lara, actual campeón de dicho torneo.

Los del Sepo Ginóbili tuvieron una buena primera mitad, pero los dos últimos cuartos fueron fatales. Guaros se encargó de neutralizar la ofensiva de los bahienses, que apenas lograron 28 puntos, contra los aplastantes 53 que encestaron los de Jorge Arrieta.

Zach Graham fue el mejor de la final con 20 puntos, mientras que Bethelmy sumó un doble-doble (18 y 12 rebotes) y Néstor Colmenares consiguió 14 tanto. En Bahía no fueron suficientes los 17  de Lucio Redivo, que igualmente terminó como máximo anotador del certamen con un promedio de 22,1 puntos en ocho partidos disputados.

El primer cuarto expuso a dos equipos bastante parejos. Weber tenía un buen porcentaje de dobles (anotó 8/12), pero en defensa mostraba bastantes falencias, permitiendo que Guaros consiga cuatro triples. Con un mejor cierre, los venezolanos se fueron al primer descanso con una ventaja de 22-20.

Bahía se mantuvo firme en cuanto a tiros de campo, pero fu poca efectividad en libres y triples le jugó una mala pasada durante lo que restaba de partido. En defensa siguió con una solidez que hizo errar mucho a los venezolanos. Al cabo del primer tiempo, los argentinos ganaban por 37-35.

El tercer cuarto marcó el quiebre del partido. En Bahía solamente Redivo era quien anotaba, mientras que el trío Bethelmy-Graham-Guillent hacían estragos desde el perímetro. Jamaal Levy, Facu Corvalán y Anthony Johnson se cargaban de faltas y la brecha de doble dígito iba tomando forma. De cara al cuarto final, Guaros ganaba por 61-50.

Los triples seguían sin entrar, mientras que Echenique y Colmenares aprovechaban la pasividad de Johnson, que buscaba evitar la quinta falta, para quebrar al rival desde la pintura. Con mucha comodidad, Guaros ya estaba arriba por más de 20 tantos y el bicampeonato era un hecho.