La NBA siempre mantiene ese status de competitiva. A veces un equipo que merodea los primeros puestos puede perder contra uno de los equipos más irregulares. Anoche sucedió en el Staples Center, donde Los Angeles Lakers tuvo una intensidad ofensiva importante y le ganó 93 a 81 a San Antonio Spurs, que no contó con Tony Parker, Kawhi Leonard y Jeffrey Lauvergne.

El partido de los angelinos fue correcto y cumplió por encima de sus expectatias debido a que se llevaron una victoria ante uno de los candidatos al título. San Antonio no tuvo hambre de vencer a su rival y la pobre producción en ofensiva y la nefasta defensa propuesta por los de Gregg Popovich fue los principales causantes de la derrota. Tuvo la cifra más baja en anotación en toda la temporada hasta el momento, algo que seguramente Pop buscará remediar lo antes posible.

El argentino Emanuel Ginóbili sumó 8 puntos (2/4 T2, 1/2 T3 y 1/1 TL), cuatro asistencias, dos pérdidas, dos faltas personales y un rebote en 22 minutos de juego.

En los Lakers Brandon Ingram sigue dando muestras significativas de su desarrollo y anoche anestesió a los Spurs con sus 26 puntos. Lonzo Ball cumplió una gran noche y terminó con un doble-doble: 18 puntos y rebotes. Además, repartió seis pases-gol y robó cuatro balones. Larry Nance Jr, con 14, Kyle Kuzma con 10, y Kentavious Caldwell-Pope con otros diez fueron los máximos productores del equipo.

En los texanos LaMarcus Aldridge volvió a ser el mejor del equipo con 20 unidades, seguido de Bryn Forbes con 18 tantos y Dejounte Murray con 14 puntos, 11 rebotes, cinco asistencias, tres recuperos y una tapa.

Lo claro es que San Antonio extraña mucho a Manotas Leonard, quien apenas jugó un puñado de encuentros. El alero es clave en el esquema de Popovich y sin dudas era la principal vía de gol desde hace un par de años.

Ahora los Lakers visitarán mañana a los vecinos de los Spurs, Dallas Mavericks, mientras que San Antonio buscará volver al buen camino en su casa ante Denver Nuggets.