José Vildoza tiene 22 años, actualmente juega es campeón de La Liga Nacional con San Lorenzo, club donde se desempeña desde la temporada pasada. ¿Su posición? Base. Comenzó a jugar al básquet desde muy chico, en Córdoba. En la primera parte de la entrevista publicada en VAVEL, pudimos conocer su lado más personal, en esta ocasión recorrimos su vida deportiva.

A los 16 recién cumplidos tomó una decisión, se fue de su casa y arribó a Sunchales, el pueblo santafesino que alberga al Club Libertad, donde comenzaría a forjarse el gran jugador de hoy. A pesar de su corta edad afirma en cuanto al cambio: “No fue para nada difícil. Por el hecho de que vivía también con cuatro chicos más, todos de edades parecidas, así que compartíamos mucho tiempo juntos”, pero si “quizá relacionarme con los jugadores profesionales, yo todavía no era un jugador profesional era otra cosa a lo que yo estaba acostumbrado”.

En Libertad estuvo 6 años, desde las inferiores hasta la primera. Entrenaba desde la U16 hasta el equipo de Liga. Fue el club donde comenzó a vivir y a sentirse como jugador profesional. Su última temporada fue 2016-17 donde promedió:16.2 puntos, 3 rebotes y 3.1 asistencias en 27.9 minutos. Con este gran desempeño logró que el bicampeón de la liga lo llame y llegaba el momento de irse.

Yo tenía dos años más de contrato, estaba muy cómodo. Estaba en una zona de confort muy grande. La gente tenía mucha confianza conmigo, yo tenía mucha confianza en la gente en el entorno y afuera del club. Tenía todo, así que el momento de tomar la decisión de tener que irme porque no me quedo otra, fue muy difícil. Yo no me quería ir, tenía pensado quedarme los dos años que me quedaban, así que me costó mucho”, relata.

 

 

También, se refirió al cambio de ciudad. “No me costó tanto, acá tenes un montón de cosas para hacer, de distracciones. Si me costó mucho adaptarme al equipo, yo venía de una situación totalmente diferente. Si bien yo lo había estado analizando y había pensado como encajar. Y estaba convencido de que también tenía que dar ese paso. Al momento que llegué, hasta cuando terminó la liga, fue muy difícil.” Lo bueno es que “son todos unas grandísimas personas, no hay ningún problema con nadie”.

San Lorenzo ganó sus dos metas de esta 2018, comenzó al obtener como local La Liga de Las Américas y finalizó obteniendo el tricampeonato en la Liga Nacional. “Fue muy lindo, lo disfruté mucho. Porque siempre que entrenaba de chico me imaginaba jugando la final de la liga, siempre que entrenaba en Libertad las horas extras lo hacía pensando en jugar finales, salir campeón, así que fue un momento muy lindo. Traté de disfrutarlo lo más que pude, pero es pasajero”, confesó.

Uno de los motivos que lo ayudaron a disfrutar cada momento de esas finales, fue una costumbre personal: “Soy mucho de ir antes a la cancha, más que nada los días de partidos. Ver a la gente armando, acomodando, pegando los carteles, acomodando las cámaras”.

José es muy autocrítico, se analiza y busca mejorar continuamente. En Sunchales era habitual para él mejorar aspectos de su juego con el entrenador, pero este año en San Lorenzo no pudo, afirma que le costó acercarse a Gonzalo García debido a su vergüenza; pero que este año agarró confianza y comenzó la temporada con más intensidad. Allí manifestó: “En mi juego quiero ser más consistente, mejorar en algunos aspectos en los que sentí que falle la temporada pasada. Hice un click conmigo mismo y traté de arrancar esta temporada diferente a lo que había terminado la temporada pasada, tratando de sumar horas de entrenamiento para afrontar lo que viene”.

Su gran desempeño en estos años lo llevó a recibir una convocatoria para participar el pasado 22 de julio en el Juego de las Estrellas.La verdad no lo esperaba porque no había jugado mucho en San Lorenzo, así que cuando me llamaron me puse muy contento y traté de disfrutarlo mucho. Estaba muy nervioso por la carrera de habilidades, porque era la primera vez, había estado entrenando los pasos”, sostuvo.

¿Cuál es tu sueño en el básquet? Pregunté, a lo que él contesto: “Para mí son dos cosas diferentes, una cosa son los sueños y otra los objetivos, o lo que puedo llegar a apuntar. Así como de chiquito soñaba con salir campeón, ahora lo que sueño y pienso muchas veces antes de acostarme es volver a jugar en Maipú. Eso sería un sueño para mí. Lo que si tengo son objetivos y uno de mis objetivos tendría que ser que esta temporada sea diferente a la del año pasado para tratar de dar un salto en mi carrera que sería tratar de irme a Europa”.