Los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 fueron el broche perfecto para remarcar la consagración de una generación especial, de una generación única que llegó al básquet argentino en los comienzos de siglo y supo llegar a los corazones de innumerables argentinos. Un grupo humano dentro y fuera de la cancha, que supo vestir la camiseta albiceleste con un honor y una pasión indescriptible. La reconocida Generación Dorada del básquet argentino.

En aquella decimonovena participación del Comité Olímpico Argentino, uno de los representantes del básquet fue el abanderado, Emanuel Ginóbili, estrella en la NBA y ya campeón olímpico tuvo la dicha de portar la bandera argentina durante la ceremonia de inauguración.

La disciplina conto con la competencia masculina y femenina, ambas disputadas entre el 9 y el 24 de agosto de 2008 en el Gimnasio Olímpico de Baloncesto. Argentina solo obtuvo la clasificación en el ámbito masculino, donde 4 años antes había obtenido la medalla dorada.

Comenzó el torneo en el Grupo A enfrentando a Croacia, Australis, Rusia, Iran y Lituania; finalizó segundo con cuatro encuentros ganados y uno perdido, el primer lugar fue con este mismo porcentaje para Lituania, conjunto con el cual la albiceleste había obtenido su única derrota.

En cuartos de final vencieron de manera ajustada (80-78) a Grecia, el tercero del grupo B; en semis perdieron 101-81 ante Estados Unidos, equipo al cual ya le habían ganado en encuentros previos, uno de los logros que más se destaca a esta generación. Es este ante último juego, en los comienzos de este, donde la máxima estrella del seleccionado, el abanderado de la delegación Emanuel Ginóbili, se lesiona y pierde la oportunidad de jugar los últimos dos partidos.

El 24 de agosto del 2008, hace exactamente 10 años, la selección jugaba el encuentro por la medalla de bronce de los Juegos Olímpicos. Debió enfrentar nuevamente a Lituania, esta vez por la medalla de bronce. A pesar de la anticipada ausencia de Manu y el hecho de que Andrés Nocioni jugó seriamente lesionado; este equipo no se rindió, jugo con su característica pasión desde el primer minuto.

No fue un comienzo fácil, se presentó parejo, pero la Generación Dorada supo hacerle frente, sacó la primera ventaja en el final del primer cuarto con un marcador favorable de 24-21 (rebotes 11-7). ​ En el segundo cuarto, Lituania había sacado ventaja en ofensiva, pero inmediatamente la Argentina respondió con tres triples seguidos, conforme pasaron los minutos siguió alejándose y se fue al descanso del medio tiempo con una ventaja de 46-34.

Tras el descanso largo el equipo europeo buscó presionar y dar lucha en el encuentro, pero el conjunto albiceleste ya estaba en camino a su objetivo y no se iba a echar atrás. Con varios altibajos en el cuarto llegaba a la última instancia arriba 68-49. A pesar del panorama el rival no dio descanso y el partido se hizo duro. Faltando 5 minutos, Scola debió abandonar la cancha al llegar a cinco faltas.

Sin Manu, sin Luis y con un Nocioni muy complicado, los argentinos demostraron que por que son la Generación Dorada. Demostraron su pasión, su juego y su unión. Finalizaron el encuentro ganando por 87-75 y se subieron al último escalón del podio olímpico, obtuvieron una medalla por segundo Juego consecutivo. Continuaron haciendo historia.

El equipo: Carlos Delfino, Emanuel Ginóbili, Román González, Juan Pedro Gutiérrez, Leonardo Gutiérrez, Federico Kammerichs, Andrés Nocioni, Fabricio Oberto, Antonio Porta, Pablo Prigioni, Paolo Quinteros y Luis Scola