El país entró en una conmoción bárbara por la subida de dólar y todavía mantiene en vilo no sólo a la administración macrista sino también a toda la población que trata de rebuscarse y apelar a distintas opciones para subsanar la crisis. Sin embargo, este hecho no hizo más que generar inconvenientes en el básquet y reavivó una discusión que hasta el momento parecía saldada: fichas nacionales vs fichas extranjeras. 

La moneda estadounidense ha vedado la capacidad de los clubes de contratar foráneos y ha acotado el número de fichas en comparación del año pasado. Equipos como Quimsa y Olímpico manifestaron que replantearán los contratos de sus extranjeros, aunque en el caso del Negro bandeño advirtieron que una de las posibilidades es el corte inminente y eso finalmente ocurrió con Jonathan Holton.

Por el momento dijeron que no tendrá ningún reemplazo. ¿Este sería un buen momento para los jugadores nacionales? Si, pero hay dos hechos que ocurrieron en la semana y dieron que hablar: Juan Pablo Cantero declaró en un conocido medio especializado en básquet que a los nacionales les hace mal que extranjeros de baja calidad ocupen sus lugares y también criticó a aquellos clubes que mantienen deuda con los jugadores. En esa línea, entra el caso de Ariel Pau (en Atenas de Carmen de Patagones), quien reveló que la dirigencia de Petrolero Argentino le adeuda el sueldo desde octubre del año pasado.

Las fichas nacionales deben tener, nuevamente, preponderancia en el orden basquetbolístico, aunque deberán bajar las pretensiones. La ADJ tendrá que dialogar con la ADC para analizar un posible replanteo de la liberación del cupo de los extranjeros. Además, los clubes que integran la Liga Nacional tienen que seguir acompañando el proceso de formación de los juveniles, pero el desafío será mantener la calma y no apurar la etapa de crecimiento de los chicos. En esto tiene mucho que ver la Liga de Desarrollo.