La serie estaba en tablas y la cita era en el Oracle Arena. Cada partido de la serie se había decidido por un margen máximo de 6 puntos y esta vez no fue la excepción porque Golden State derrotó 104-99 a los Rockets. Pero la retirada de Kevin Durant por una lesión en la pantorrilla derecha en el tercer cuarto levantó las alarmas en el equipo de Steve Kerr. Fueron claves los 27 puntos de Klay Thompson en los locales como así también Draymond Green que aportó 12 rebotes y 11 asistencias.

Durante el comienzo del partido con James Harden comandando las acciones de Rockets, los visitantes lideraron hasta el 10-8. Luego igualaron en 14 puntos pero desde entonces Golden State fue una aplanadora y con un parcial 17-3 los locales cerraron el cuarto por 31-17. Los visitantes corrieron detrás del marcador y llegaron a estar a un triple del partido a falta de 4 minutos. Pero Warriors empató el parcial 26 puntos por lado para irse a los vestuarios con toda la ventaja obtenida en el primer período. 

En la segunda mitad, Houston fue dominante en materia de rebotes defensivos como ofensivos junto con una defensa más exigente para empezar a descontar poco a poco la diferencia. A segundos del final, finalmente el equipo de Harden y compañía pasó al frente 71-70, no obstante la ventaja la recuperaron los Warriors con un doble de Stephen Curry. Finalmente con un tiro libre convertido por Harden, el partido quedó igualado en 72 puntos para agregar suspenso a una serie bastante equilibrada. El último cuarto estuvo marcado por los cambios de liderazgos hasta que a 5 minutos del final, Golden State se aferraría a su ventaja para ganar el encuentro por 104 a 99 e ir 3-2 a Houston con el objetivo de pasar a la final del oeste.

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