En un básquet que cambió mucho en los últimos años, el valor de los rebotes empezó a tener un significado mayor al tradicional. La chance de tener segundas acciones o no permitirlas define el trajín de un partido si son bien complementadas. Esto le pasó a Orlando en la noche del domingo en la caída frente a Milwaukee, y este lunes, aunque terminó ganando 105-100, le tocó padecerlo a Golden State.

Atlanta puso de rodillas a los Warriors en el Oracle Arena a partir de un superlativo trabajo en los tableros. En el área venció 53-43 a su rival con un gran esfuerzo por parte de todo el equipo, aunque destacadas producciones de Dwight Howard (16 recobros y 14 puntos) y  Paul Millsap (14 rebotes y 14 unidades). En tanto Dennis Schroder anotó 24 tantos para ser el goleador de la visita.

El equipo de Mike Budenholzer estuvo cerca de ganar el juego, pero no pudo lograrlo por dos factores. Uno de ellos fue la mala noche ofensiva. Más allá de los tantos que hizo cada jugador o de la mayor cantidad de chances ofensivas, el conjunto del estado de Georgia estuvo muy incómodo a la hora de los lanzamientos. El equipo anotó en 36 de sus 86 ocasiones, tan sólo Schroder (10-20) y Howard (5-8) pudieron hacerlo con consistencia.

El otro gran factor del triunfo local fue Kevin Durant. El alero entendió que la definición del partido estaba en los tableros y apostó un poco más a la recuperación en ese costado. El llegado desde Oklahoma fue la gran carta del dueño de casa al aportar 25 puntos y 14 rebotes (todos ellos defensivos), además de tres asistencias, un robo y dos bloqueos para ser ‘el’ hombre de la noche.

En cuanto a la anotación, Stephen Curry, Klay Thompson y Andre Igoudala también estuvieron precisos. 25, 20 y 12 puntos respectivamente sirvieron para complementar la ardua tarea de KD en pos de conseguir el triunfo. En tanto Draymond Green ayudó con su ‘box out’ (alejar a los rivales del aro) al trabajo de Durant en los rebotes, mientras que aportó cuatro tapas, cuatro puntos y siete asistencias.