La mejor franquicia del oeste, Golden State Warriors, no para de sorprender con sus tiros. Si bien la misma ya lleva cuatro años en la élite de la NBA (desde 2013), la capacidad de anotación deja boquiabierto a cualquier persona que tiene la chance de poder ver y disfrutar un partido. Para los rivales, se vuelve un verdadero dolor de cabeza desarrollar el trabajo defensivo necesario para superarlo con consistencia.

Este jueves por la noche el conjunto de Steve Kerr volvió a dar muestras de su excelso nivel de tiro cuando recibió a los Detroit Pistons. El Oracle Arena tuvo a casi 20 mil personas que abarrotaron el estadio para observar un nuevo despliegue del combinado, que sirvió para vencer por 127-107 y sumar el 34° triunfo en 40 presentaciones (34-6).

Con un dominio masivo en el tercer cuarto (41-19 en el parcial), pero un claro mejor nivel a lo largo de toda la noche, Golden State se las volvió a ingeniar de la mano de Stephen Curry. El base anotó 24 puntos, repartió seis asistencias y robó cinco pelotas, aunque perdió ocho, para ser la gran figura del encuentro. Sus compañeros de juego externo, Klay Thompson y Kevin Durant, también se mostraron con las manos calientes al acertar 23 y 25 unidades respectivamente.

Pero lo más sorprendente fue la calidad de los tiros del local. El elenco acertó 50 de sus 89 lanzamientos de campo para un 56,2% en el rubro, mientras que estuvo por arriba de la media desde lejos al encajar 15 triples en 29 intentos. Exceptuando Draymond Green (quien dio unas espectaculares 13 asistencias y se quedó con nueve rebotes) y David West, todos los jugadores del líder de la conferencia oeste estuvieron al menos en el 50% de eficacia.

A partir de este nivel desde lejos, Stan Van Gundy, entrenador de Detroit, tuvo que cambiar el estilo de juego de su equipo, buscando una mayor cantidad de lanzamientos externos y relegando la explosión interna de uno de los mejores pívots del momento, Andre Drummond. Este último tuvo un doble-doble en la noche con 12 puntos y 10 rebotes, pero fue Marcus Morris el más acertado con 21 tantos.

Detroit tan sólo encajó 6 de 28 lanzamientos de tres en el juego (21,4%) y en el tercer cuarto anotó tan sólo siete ejecuciones de campo, contra trece del rival y ocho desde lejos. Esta combinación fue un cóctel letal para la aspiración visitante.