Mientras muchos piensan en el futuro cercano, como los Playoffs o la temporada que viene, otros ven el gran plano venidero en la NBA. Y cualquier seguidor del básquet no puede negar que el futuro de la liga tiene dos figuras ya aseguradas. Una de ellas es Joel Embiid, el gran pívot de Philadelphia 76ers que da que hablar tanto dentro como fuera de la cancha. La otra es Giannis Antetokounmpo.

The Greek Freak (o la rareza griega en español) tiene un presente formidable en Milwaukee Bucks. El alero de 2,11 mts tiene una capacidad atlética para jugar en cualquier posición y también una excelsa capacidad técnica. El de 21 años está desarrollando su tercera temporada en la liga más importante del mundo y es líder de su equipo en todos los rubros, desde la anotación hasta las tapas y pasando por los bloqueos. Su gran presente lo hacen pensar como una de las superestrellas que tendrá la NBA y además es un firme candidato al Juego de las Estrellas que se desarrollará en febrero.

Sin embargo, como en todo deporte de conjunto, Milwaukee necesita rodearlo bien para conseguir cosas grandes y eso quedó demostrado este domingo. El alero sumó 33 puntos a lo largo de la noche y fue acompañado por ocho puntos, nueve asistencias y diez rebotes de Jabari Parker. Pero fue Atlanta el que festejó en su casa por 111-98.

Si bien Atlanta permitió 56 puntos en la pintura a lo largo de los 48 minutos, jugó una mejor defensa colectiva y además fue certero desde lejos. Más allá de la ya conocida baja de un querido Kyle Korver (partió a Cleveland Cavaliers), el equipo de Mike Budenholzer encajó 13 de sus 26 lanzamientos desde lejos con cuatro de Bazemore (24 puntos) y otros cuatro de Dunleavy –anotó 20- (quien llegó en cambio de Korver), mientras que Millsap aportó tres bombazos.

Por otro lado Dwight Howard fue vital en la pintura. El pívot que llegó desde Houston en el verano sumó 16 puntos y 14 rebotes (siete ofensivos) para un doble-doble en 31 minutos.